Cap 17- Generation Why

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Íker lloró, lloró hasta secarse, hasta no ser capaz de derramar más lágrimas, hasta que solo quedó la sensación de soledad, no quería salir de su cama y cada día le costaba más. Sus padres no parecían haberse percatado, o eso le gustaba creer, no quería tener esa conversación justo después del rechazo.

Él iba a entrenar, a veces con el primer equipo, a veces con sus compañeros de siempre, aunque amigos no tenía demasiados y la única diferencia eran los nervios que sentía al ver a los del primer equipo.

Comía bien y siempre decía que los ojos hinchados eran de tanto esfuerzo y no de pasarse las horas llorando, y colaba, o eso creía él.

10/09/1999 21:34

Cenaba en silencio, su hermano callado por una reprimenda y sus padres en aparente tranquilidad, e Íker ya se veía en el avión a Bilbao con un día más escondido, ya fantaseaba con el imposible de debutar aquel domingo.

— Hijo, ¿te pasa algo? — Su madre le preguntó, sobresaltando al portero.

— ¿Eh? No, no todo bien, nervioso. — Contestó como pudo Íker.

— Mi niño, no mientas a tu madre, eso es alguna chica que te ha hecho daño, puedes contárnoslo, somos tus padres, siempre estaremos allí. — dijo ella, con un tono tan dulce que hasta Unai rodó los ojos.

Y su padre pareció prestar más atención a la conversación. — Si nunca nos ha presentado a ninguna chavala. —

— Porque no es una chavala. — E Íker se arrepintió al instante, rezando por que sus padres no se diesen cuenta, para que simplemente le dejasen en paz.

— Como que no es una muchacha Íker. — Dijo su madre, esperando una corrección inmediata.

E Íker, aquel viernes antes de viajar a Bilbao con el primer equipo de su Real Madrid, se encontró reuniendo el valor para enfrentar lo que se antojaba inevitable.

— Es que no lo es. — Y firmó su carta de castigo con un tono de obviedad absolutamente falso.

— ¿Perdona? — Saltó su padre descolocado. — No. — Rotundo, claro, como si fuese una orden sencilla.

— ¿Qué quiere decir "No" papá? — Contestó, no podía cambiarlo, era él, era algo que no había elegido, mucho menos enamorarse del cabrón de Xavi Hernández.

— Pues que no, que mi hijo no es un marica. — Afirmó impasible, e Íker intentó ver a su madre, esta asintiendo, o mirar a su hermano, él viéndole con lástima, como si quisiese hacer algo y no pudiese.

— Es tarde para eso eh. — Contestó con chulería, sacándose de dios sabe dónde la fuerza para enfrentarse a sus padres. Pero si ya había empezado, no pensaba parar.

— No te pases de listo Íker, si nosotros te decimos que no lo eres, es que no. — Ella afirmó, helándole la sangre a Íker, y en cuanto sintió una lágrima resbalar por su mejilla, se levantó de la mesa y corrió a su cuarto.

Se encerró a llorar, deseando por segunda vez es su vida ser distinto, ser heterosexual, desando llorar por que "Paula" o "Laura" no le devolvía las miradas en las recreativas y no por que "Xavier" ha salido corriendo hacia Barcelona en cuánto se le ha declarado.

Necesitaba ser normal, lo deseaba como un mendigo el comer.

Cogió el móvil entre lágrimas y llamó a quien, sabía, le contestaría y sabría reconfortarle.

— ¿Í-Íker? — Pablo contestó al tercer tono, se le oía cansado ¿Qué hora era allí?

— Pablo... ¿Puedes hablar un rato? — Murmuró como pudo, rezando por que le dijese que sí.

— Siempre, dame un par de minutos y estoy. — Contestó, e Íker escuchó como hablaba con un tío y parecía instarle a meterse al baño, no quiso pensar en lo que podría haber interrumpido. — Ya estoy, discúlpame, es que... tenía compañía. —

— No, no, si es culpa mía por llamar sin avisar. — Suspiró Íker, ya algo más relajado al oír a su mejor amigo. — Es que necesitaba hablar contigo.

— Cuéntame, desahógate. — E Íker lloró de nuevo mientras recordaba los pocos minutos de pelea que había tenido, Pablo susurrándole que todo estaría bien, e Íker le creyó, porque Pablo era como su salvavidas, siempre había estado allí, siempre fue su hermano.

— Y eso, necesitaba contártelo, tío. —

— No te preocupes, aquí estamos los amigos, si te tropiezas... — Pablo empezó, dejándole continuar el dicho que ya conocían.

— Te levanto y te doy un colacao. — Y ambos estallaron en carcajadas, un antiguo intento de ser profundos que terminó con el colacao en medio, y que, sin embargo, ambos amaban decir.

— Bueno tío, aquí son las seis y media y creo que la resaca está empezando a pegar y tú deberías dormir, que para mantenernos con tu sueldazo de futbolista hay que descansar.

— Venga, y cuídate que si no no podré mantenerte. — Se despidió con el corazón contento, le daba igual haberse gastado el equivalente a medio riñón en esa llamada, había valido cada céntimo.

Consiguió conciliar el sueño al rato, con la mezcla en su tripa todavía de alegría, nervios y decepción.

No durmió bien.

11/09/1999 08:03

Ese sábado se despertó temprano, con la grata sorpresa de ver como sus padres ya se habían ido y Unai le había ya preparado unos cereales y estaba comiendo solo mirando los dibujos mañaneros.

— ¡Íker! — Su hermano sonrió al verle para dejar el bol y darle un abrazo. — Siento lo de ayer, papá y mamá estaban enfadados, y tú, y yo, y no, no...— El menor respiró hondo en su pecho, siendo callado por Íker.

— No pasa nada, ayer fue raro, pero no te preocupes, que mañana ganamos y vuelve todo a la normalidad. — Casillas menor volvió a sentarse, instándole a sentarse a su lado y desayunar en silencio.

— Sabes, cuando Xavi estuvo aquí, — Unai pareció divagar entre recuerdos, — Un día Xavi se levantó por la noche y me lo crucé en la cocina, y yo, como para reírme de él, le solté lo de las medias naranjas que dijo la mama un día pero con vosotros dos de protas, y se puso así todo rojo, recuerdo que me dio mucha risa. — Íker suspiró, enrojeciendo al imaginarse como la media naranja de Xavi. — Sí, sí, justo así. Bueno, ayer, tú... Tú, ¿Te gusta Xavi? Dime que si porfa que lo quiero de cu... Ca.. ¡Como se llame pero lo quiero de familia! — Unai culminó con los ojos llenos de ilusión, como si fuese algo tan simple, e Íker deseó ver el mundo desde sus ojos.

— A ver, yo hago lo que puedo, pero no sé si él también me quiere. —

— Nah, seguro que sí, yo al tete Pablo no lo veo tan arrimadito cuando viene de visita. — Unai terminó de comer y se fue, dejándole allí sentado con la duda como compañera.


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BUAH

Exceso de fiesta gente


Casillas bross

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Casillas bross

No soy ella [XAVIKER]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora