Cap 19- Aquí y Ahora

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26/09/1999

Xavi caminaba poco a poco, convenciendo de que no estaba mal, de que lo que sentía no era un pecado, y allí estaba, entrando a una floristería en Móstoles y pidiéndole consejos a la dependienta para un ramo, tratando de no morir de la vergüenza mientras la chica le contaba lo feliz que se pondría su novia y lo mucho que le gustaría, y aunque lo que era novia, no era, esperaba haber acertado.

— Ya me gustaría ser tu novia, chico, el mío no me trae flores ni obligao' — Le contaba la muchacha mientras terminaba de cobrarle.

— Nada, seguro que te quiere mucho. —

— Muy optimista eres tú... —

— Xavi, y estoy convencido de que también te quiere. —

— Xavi, yo soy Laura, bueno, aquí tienes tus flores, y... mira, que me has caído muy bien, espero que te vaya muy bien con ella. — La dependienta le tendió el ramo con una sonrisa, él no sabía ni siquiera si Íker tenía flores favoritas, así que la chica le había recomendado tulipanes blancos, según ella muestra de amor sincero, y Xavi no había podido evitar pensar en el madrileño.

— Gracias, seguro que a él le encantan. — Finalizó reuniendo todo el valor que encontró, total, no volvería a ver a aquella chica en su vida, y si quería aceptar como se sentía, debería familiarizarse con los términos pareja y chico.

Y volvió a casa, aunque más bien era un cuarto de hotel que había pillado en Móstoles, tenía un par de días libres y había aprovechado para escaparse a verle, aunque fuera una noche necesitaba verle, llevaban sin encontrarse cara a cara dos semanas.

Así que allí estaba, con las flores en remojo y engominándose el pelo para pasar la tarde con Íker en aquel claro que ya se había vuelto su refugio.

Íker terminó de colocar las cosas; una toalla enorme de esas de playa con unas ensaladas de pasta que había emplatado y tapado con papel de aluminio, hace mese había oído a Xavi decirle que siempre había querido ir de pícnic, así que lo había decorado como Pablo había sido capaz de enseñarle para que pareciese un pícnic y no cuatro cosas mal puestas, y cuando se levantó y lo vio en perspectiva se juró que le había quedado bien.

Pero esa seguridad se esfumó cuando le vio llegar, con una mano a la espalda y una sonrisa boba, se lanzó a abrazarle, estaba casualmente hermoso.

Y el viento susurrando, los árboles ronroneando y el cálido aliento de su compañero chocando contra su hombro le generaron una sensación de paz, y se descubrió queriendo besarle, suave, lento, porque nada importaba aparte de ellos dos.

Así que miró a Xavi a los ojos, los nervios arremolinándose en su estómago.

— Bon día. — Le murmuró el mayor, justo antes de besarle.

Un contacto largo, suave y relajado, de aquellos con los que quieres despertar y te calman los nervios. Labios sobre labios en un vaivén suave, llevaban demasiado sin verse, conociéndose de nuevo en aquel contacto.

Poco a poco la mano madrileña subió, rozando la mejilla contraria, podían estarse toda la vida allí.

— Esto, son para ti. — Xavi afirma al separarse, todavía con el corazón acelerado.

E Íker se aguantó las ganas de abalanzarse sobre él, la emoción haciéndole tragar seco. — Ostras, me encantan. — Afirmó con los ojos brillantes al ver las flores. — No hacía falta Xavi. —

— Anda ya, si te brillan los ojos, es un regalo, porque, — carraspeó, reuniendo fuerzas, todavía le costaba admitirlo en voz alta. — Porque te quiero. —

— Joder, tres meses para aceptarlo y ahora no paras. — Íker rio, la verdad era que se le cortaba la respiración cada vez que se lo decía, fuese por llamada, escrito o cara a cara, no se veía capaz de acostumbrarse.

— ¿Tengo que pedir hora o algo para decírtelo? — A Íker se le escapó una carcajada, asintiendo una vez se vio capaz.

— Este tío. — Murmuró el catalán para darle una nalgada y sentarse con una sonrisa.

Íker se sentó, a su lado, tratando de ignorar el escalofrío que le había recorrido, mostrándole orgulloso lo que había preparado y comieron entre risas, la química volviendo a nacer, abandonando aquellos nervios que acumulaban desde el partido.

Terminaron tumbados al lado del otro, mirándose con una sonrisa.

— Siempre había querido estar así. — Le confesó Xavi, Íker no sabía lo que le pasaba aquel día, pero parecía haberse levantado profundo.

— ¿Cómo? —

— Así, como si lo único que importasen fuese que me quieres. — El catalán dijo en voz baja, señalando a ambos.

— Yo también, quiero estar siempre aquí y ahora. — Le contestó con una sonrisa nerviosa, justo antes de moverse un poco y rozar sus labios, la galaxia de emoción abriéndose otra vez junto al calor ajeno.

Sus bocas sincronizadas, como si hubiesen estado hechas para besarse hasta el cansancio.

Xavi se movió, colocándose sobre suyo, la delgada unión, arrancando a Íker la ilusiones de saber besar bien. El mayor le estaba besando como nunca había creído que le besaría, adorando sus labios como si fuesen lo más preciado del mundo.

Pero en algún punto la dulzura se perdió, e Íker no pudo evitarlo, un calor distinto naciendo dentro de sí, y no sabía como decírselo, era la primera vez que le pasaba algo de ese estilo, pero se separaron antes de resolver su dilema entre sí tocarle o parar, viéndole a los ojos, cualquier palabra había salido huyendo.

Un silencio tenso nació, mirándose nerviosos, casi rezando por que el otro no se diese cuenta de lo que estaban pensando, temerosos de que el otro de golpe pudiese leerles la mente.

— Esto, yo, — Xavi comenzó desde arriba, cortando el silencio con esfuerzo, totalmente avergonzado, creyendo que se había pasado.

— Sí, por favor, — Solo atinó a contestar con la respiración irregular.


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UEPAAA

Contando los dias para semana santa 🙏🙏

Se viene actu rápida que cuando me inspiro me inspiro 

Ojalá me fuese tan bien en el amor como a ellos 


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Bomboclat. 

No soy ella [XAVIKER]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora