17. Primer caso

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—Señorita Hewitt —la voz de mi tutor, el Sr. Volk, me llamaba para asignarme. Mis resultados eran buenos, tan buenos como los de Ian (no me extrañaría que quedáramos en el mismo grupo). 

De esto nos advertían cuando hacíamos el diagnóstico anterior (era envenenamiento por pesticida, todavía lo recuerdo), estas son las grandes ligas; seríamos asignados en diferentes campos, pero obviamente en el mismo hospital (Centro Médico de la Universidad de Washington. Sí tenemos nuestro propio hospital). El Sr. Volk me presentará a mi nuevo jefe. 

Caminé hacia la oficina del Sr.Volk, pude verlo charlando vigorosamente (eso significa refinado pero con aspecto interesado) con mi futuro dolor de cabeza. Él reía, estaba de espaldas a mí. Sentía tanto pánico que quería gritar: "¿Usted será mi jefe? Genial. Lo veo mañana". Después de todo no soy TAN agresiva.

—Me has hablado muy bien de esta chica, ¿es mojigata o libertina? —¿mi jefe me estaba preguntando qué?.

—Ahí está —el Sr.Volk se levantó de su asiento y extendió la mano hacia mí. Me sentía en la entrevista de Katniss antes de Los Juegos del Hambre— .Ella es Alexandria Hewitt.

—Hola —tomé asiento en la silla al lado de mi jefe con postura rígida; ni siquiera miré cómo era su aspecto.

—Vamos —¿mi jefe me está regañando?— ,no seas tímida.

—Señorita Hewitt —el Sr. Volk tomó asiento al ver que no estreché su mano— , él será su nuevo jefe, Dalton Tarantino.  

—Un placer conocerlo —sólo voltee los ojos. Nunca me sentí tan incómoda.

—Si vas a hacer eso mientras trabajes conmigo —sentí cómo sonreía— voy a despedirte.

—¡Demonios!, otro tirano —en verdad dije eso, en voz baja. A Dalton le dio gracia mientras que el Sr.Volk se mantenía estático al ver a su colega reír por un chiste flojo.

 —Ahora, me agradas —Dalton se levantó de su asiento y me agarró del brazo. Miré al Sr.Volk, él también estaba confundido— .Hewitt, ven.

Me levanté finalmente y lo seguí por todo el pasillo, quería salir. Dalton era sin duda atractivo: cabello rubio casi castaño y ojos azules (¿tengo un fetiche con los ojos azules?), barba, añadiendo una linda sonrisa. Algo me decía que esta salida no era común. Una vez fuera me soltó, me hizo una seña para que lo siguiera.

—¿Qué te hizo emanciparte de tus padres a los 13 años? —¿eso estaba en mi expediente? ¿por qué no recuerdan mi cumpleaños?.

—Problemas familiares —lo observé encender un cigarrillo.

—¿Fumas? —extendió la caja a mi mano. Yo reí nerviosamente.

—Soy demasiado perezosa para tener una adicción —era un comentario típico de mí, lo raro era a quién se lo estaba diciendo.

—¿Qué la trajo aquí? —abrí la boca para empezar a hablarle de cómo me gustaba la medicina desde que tuve mi kit de doctora a los cinco años. Dalton me frenó— .Dejemos esa basura para los demás. Sé que usted no es como los demás idiotas que he entrevistado. La uní a mi equipo porque es sumamente interesante en cada fibra —me miró de arriba a abajo— .Emancipada de los padres, becada en la facultad de medicina a los 15 años, múltiples anotaciones por rebeldía en el Sealth Chief...y sobretodo una experta en lo que hace. La besaría, pero sé que a usted le importaría un comino.

—Vaya astucia y sobretodo un saludo algo acosador —¿estábamos hablando como en las películas de Sherlock Holmes?— ¿A dónde me lleva?.

—A tu futuro lugar de trabajo —por fin hablaba como persona normal. 

Single as a Pringle: Tierna pero pesadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora