54. Foster the People

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No podía creerlo, simplemente no podía, por alguna razón comenzaba a pensar que estaba envejeciendo sin nada importante para mí (no cuenta mi trabajo y los pacientes que he ayudado, aunque es algo muy bueno), no tenía idea de lo que iba a hacer próximamente (así era básicamente en la escuela) pero sí que tenía algo claro: No planeaba desperdiciar mi tiempo.

En menos tiempo del que creía, ya estaba lista para ir a la boda de Jamima, Ian y yo estábamos empujándonos mutuamente a la friendzone (es casi tan raro como ser millonario...digo, la probabilidad de una doble friendzone), y me había acostado con algunos otros. Había ese aire de que estaba madurando y me sentí sofisticada, como toda una Meryl Streep en El Diablo viste a la moda.

Soy mujer y todavía me cuesta maquillarme, pero igualmente sólo me aplico lo básico (no sea que luego quede como un mapache, alguien me tome fotos y se ría de la "chica mapache"). Aunque iba a la tal boda, no tenía mucho ánimo, sólo iba porque Jamima misma me había dicho que no podía faltar.

Fui en metro, y me retrasé a la boda, sólo alcancé a ir a la recepción (no fue mi culpa, pero era mejor que hubiera sucedido así...las bodas aburren, a menos que sean de Juego de Tronos, El Señor de los anillos o Star Wars). Mi plan era estar a la vista de Jamima y fingir que había estado ahí todo el tiempo.

Me impresionó ver el lugar, le tomé algunas fotos porque era demasiado bueno para ser real. Seguí a unas chicas que también iban apuradas, y fue ahí cuando oí que habían iniciado los discursos cursis acerca de cómo estaban destinados a estar juntos. Todos estaban sentados, tuve que agacharme y susurrarle a una persona en cada mesa "Psst, ¿esta es la mesa seis?".

—Alexandria, llegas tarde —Blake me haló del brazo para que me sentara cerca a ella— y además, creí que eras Gollum o algo así. ¿Tu vestido está bien? Parece que no tienes cuidado.

—En la mesa dieciocho casi me resbalo, pisé el vestido y estaba a punto de que se me vieran los pechos...tuve suerte, había un niño haciendo caras de pervertido —rodé los ojos riendo en tono suave. Blake rió también— . ¿Tarantino se dignó a venir?.

—¿Tú qué crees? —Tarantino habló con la voz más sarcástica del repertorio; él estaba al otro lado de la mesa.

Me detallé a ver quiénes estaban ahí, sólo el grupo de Jamima y algunas personas (creo que también eran doctores) que ni idea de quiénes eran, ni siquiera me interesaba saberlo.

—Hola, Dal —sonreí a Tarantino, saludándolo con la mano. Él volvió la cara hacia la madre de Jamima que estaba haciendo el discurso.

—Debe ser por el color de tu vestido —Blake habló mientras se encogía de hombros; yo sólo pensé "¿Qué hay de malo con mi vestido? Eh, no es que sea tan lindo, pero es mío"— , es tan lindo que te hace ver más como una niña de las flores.

—Qué bien —asentí con la cabeza muchas veces como una paloma— , pensé que estaba horrendo. Lo vi en oferta, hice unos ajustes y...listo.

—Vaya que tienes una actitud positiva frente a todo —Blake también se volvió a ver quién hacía el discurso.

...para mí fue difícil encontrarme a mí misma. Siempre creí que era simplemente esa chica que se te queda viendo con una sonrisa, que tiene una buena actitud ante todo, la que no tenía miedo y no se guardaba nada, pero también resultaba siendo algo complicada para entender. Eso me hizo caer muchas veces, me hizo dudar a dónde iba, pero al final acabé aquí, y sé que debe ser por algo, no significa que ahora deba sentirme completamente realizada, nunca dejaré de buscar lo mejor para mí, pero me alegro que al menos lo haga con alguien que me ama por como soy y me apoya.

Single as a Pringle: Tierna pero pesadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora