26. Pequeña Alex

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23 de Junio del 2010


—Para de mirarme de ese modo —recuerdo haber estado nerviosa, no me gusta ser observada.

—¿Por qué, nena? —Matt se acercó a mi cara, riendo. Sus ojos azules brillaban, sin duda estaba feliz. No me tomen por obsesiva, es sólo que cuando creces al lado de alguien aprendes cuando se molesta, por qué se toma las manos, como habla cuando miente, cuando está de mal humor...cuando ya no es virgen (se convirtió en un tornado sexual).

—Porque me miras extraño, eso no me gusta. Veo tus sucias intenciones con este sexy cuerpo hawaiano.

—Eres de Seattle.

—Soy un octavo hawaiana por mi lado materno, medio inglesa por mi lado paterno, creo que tengo algo de filipina...

—Eres de Seattle.

—Sí, soy de Seattle —rodé los ojos. Matt "el aguafiestas" volvía a hacer de las suyas, de ahí viene mi manía de tomar del pelo.

Matt hizo miles de muecas intentando adivinar qué movimiento era el correcto. Intentaba lucir seria como si me importara muy poco lo que ese "chimpancé" intentaba hacer, pero era imposible: Comencé a respirar demasiado hondo, tenía ganas de toser, estaba tiesa como una tabla, mis ojos se enfocaban como los de Los Simpsons (bien abiertos, mirando a un punto imaginario).

—¿Alex? —Matt me tocó el hombro. Me voltee lentamente con una mirada fría, emocionalmente neutra.

—Enséñame logaritmos, sólo vine por eso —hablé como un robot. Matt cerró mi cuaderno con una sonrisa.

—Estás lista. Deja a un lado el estrés,  tienes la mentalidad de una chica de 18, mañana podrías tener la mentalidad de mi abuela...

—¿Pensaré en la Segunda Guerra Mundial y el soldado que me embarazó? —soy demasiado pesada con todos, ni siquiera mis zapatos se salvan de una crítica picante (¡Já! Tratan de imitar a Prada, suerte alcanzando a los expertos).

—Tu sarcasmo es épico —Matt rió— .Deberías relajarte un rato conmigo, tu hermano dijo que llegaría dentro de dos horas.

—¿Y tu novia?.

—También —se levantó de su asiento y extendió una mano— ¿Vienes?.

—Muévete, me tapas la vista.

—¿Qué mirabas exactamente? —Matt entrecerró los ojos como si fuera un novio celoso, o un hermano estrictamente sobre protector (oh, claro...anda tan enamorado de mí. ¿Entienden que eso sonó como una estupidez?).

—Creí haber visto a un tipo con una máscara de caballo o ¿esa era tu hermana?.

—No te burles de Meg. Te respeto, Alex, pero te sacaría de aquí antes de que comiences a preguntarme por qué lo estoy haciendo.

—No, yo te partiría el brazo antes de que te des cuenta —lo hice por lo menos tres veces con Matt: Cuando me recogió de mi ensayo con la banda, cuando me dijo "perra" en frente de su nueva novia y cuando supe que le ocultaba algo a Meg— .Tú no me dices qué hacer, no eres mi jefe ¿entendido, Señor "soy muy rudo"?.

—Es viernes, no me hagas berrinche —trató de hacerme cosquillas, pero al ver mi cara de enojo, sabía que lo mejor sería detenerse— .Alex, ¿acaso no te llevas bien con Zooey?.

Sólo me quedé observando su cara, normalmente lográbamos entendernos más con miradas que con palabras (los hermanos logran hacer eso cuando tienen un vínculo estrecho...desgraciadamente el único que me entendía era el único que alejaba más).

Single as a Pringle: Tierna pero pesadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora