Single as a Pringle: Tierna pero pesada

1.El inicio de todo

¿Cómo comienza cualquier libro trágico y meloso? "Hola mi nombre es...y soy...", pero no quisiera iniciar de ese modo, esto parece más una comedia, claro, si no estás en mi lugar.

Y aquí estoy, con una expresión indiferente al desenfreno de mis amigos, ¡si tan sólo los vieran!. ¿Por qué no me quedé en casa?, en cambio, veo a Matt haciendo de las suyas con su nueva novia, a Leslie tratando de mantener el equilibrio y a Megan sonriéndome porque es mi turno de tomar un reto, no es por nada, pero en ese momento quería gritar lo más fuerte que podía "¡no soy idiota, entiendo lo que tratas de decirme!".

—Querida... —Megan trataba que siguiera el juego— gira la ruleta.

Lo hice, y es raro porque en ese círculo no había sólo licor, incluían leche, agua, Pepsi, 7Up...me imagino que todos vamos a terminar vomitando, pero siempre por extraña coincidencia sólo he bebido soda.

Levanto el vasito con Pepsi de cereza, y todos, de lo borrachos que andan, me aullan lo más fuerte posible.

Me alejé con el pretexto de que tenía que ir al baño, pero en realidad necesitaba aire, además de que la música me dejaba sorda. Cece me agarra del brazo antes de que llegue a la puerta, y con su enorme sonrisa me empieza a hablar.

—No puedes irte aún, mi pequeña Lexi —suelta una risita divertida, intento sonreír, pero creo que me quedó demasiado fingida porque frunció el ceño, ¿no entiende que ni siquiera debería estar ahí? si la policía viene, pueden enviarme a una celda... de nuevo— la noche es joven.

—Estoy cansada, quiero irme a comer y luego relajarme en mi linda casa, donde no me preocupo de... sin ofender... fiesteros estúpidos —le alboroté el cabello con una expresión que decía "no es tu culpa" pero que a la misma vez se reía de su enojo— estoy segura de que si no los controlas, alguien se va a romper el brazo —tos fingida— ¡Justin! —tos fingida.

—Es tarde, por lo menos, deja que te lleve a casa —Cece me golpea el brazo y luego se ríe.

—Tranquila —mi mano se mueve como DJ de aire— puedo hacerlo sola.

—¿Estás borracha? —Cece me mira los ojos como si fuera la experta en detectar el alcohol— .Rápido dime el abecedario.

—A,B,C,D...

—¡Tranquila Einstein!, te creo —Cece me palmeó el hombro— .Ve en taxi, estás muy bonita para ir en metro.

—Me gasté mis ahorros en el alquiler y los recibos, debo irme en subterráneo o en bus —me encogí de hombros— .Es broma, no confío en los taxis.

—Voy a prestarte mi auto...¿dónde dejé las llaves?...espera —mientras murmuraba, bajó la mirada para buscar en sus shorts.

—¡Esto es...Esparta! —el equipo de fútbol americano vino corriendo hacia mí, no alcancé a moverme, Ian me levantó del suelo— ¡Abran paso! —¡Idiotas! ¿por qué le hacen caso?.

Y cuando me suelta, sólo alcanzo a oír el ¡splash! alrededor de mí, mis reflejos me obligan a nadar, me sostengo del borde de la piscina dando bocanadas de aire. Ian se agacha, su sonrisa me enferma, el maldito tiene que ser tan lindo, pero aún así, me enferma.

—Vaya, vaya —sus ojos son verdes (sí...como el vómito, bueno, es un verde bonito, pero estoy enojada)— ,aparte de enana, lenta.

—¿Debería reírme o escupirte? porque te digo una cosa: me importa un carajo —me sumerjo para nadar al lado contrario, una vez allí escalo y me pongo de pie, ¡qué bueno que me puse unas botas! de ser tacones me tropiezo y hago el ridículo. Ian me seguía mirando, su cara tonta me dice que me va a lanzar un insulto— ¡Hey Ian! —mostré el dedo medio con ambas manos e hice un baile como diciendo: No me importa que me digan, no van a derrotar a la reina.