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Cuando ambos hermanos llegaron al despacho del mayor, entraron en silencio. Uno incómodo y duro. La tensión que había se podía cortar simplemente con la cuchilla más afilada por haber.

Doran tomo asiento en su silla de madera, mientras Oberyn, en un sofá. El principe miro como su hermano agarraba una pluma y comenzaba a escribir en los pergaminos. Levantó una ceja mientras lo miraba con incredulidad. ¿Realmente estaba ignorandolo de nuevo?.

"Hablemos, hermano." Oberyn decidió romper el silencio, murmurando de forma tranquila. No planeaba pelearse con su hermano ni ser brusco, cómo lo había sido antes. Simplemente callaría y haría lo que el mayor le diga.

"Te escucho." No lo parece, pensó Oberyn antes de rodar sus ojos sin que Doran se de cuenta.

Suspirando, comenzó. "Sé que lo que hize estuvo mal. Es verdad siempre pienso en mí. Pero debes entender que esto es nuevo. Yo... Realmente pensé que a nadie le importaría." Soltó una risa para luego seguir. "Ella tiene compañía. Tiene a ese guardia, a sus damas y a su hijo. Creí que mi ausencia no importaría. Pero ahora lo entiendo." Al hacer una pausa su seño se frunció. Su hermano seguía escribiendo, cómo si no lo hubiese escuchado.

"Aprendí mi lección." Continuó. "Realmente lo hice. Nada de esto es necesario. No lo volveré a hacer y te doy mi palabra." Concluyó.

Unos segundos eternos se instalaron en el aire. Solo se oía el sonido del viento y la plumilla de Doran contra el papel. Oberyn podia sentir una gota de sudor bajar por su espalda al silencio de su hermano.

El cual fue interrumpido por la risa de este mismo.

Doran seguía escribiendo cartas, solamente que esta vez riendo mientras movía su cabeza, dejando confundido a su hermano menor.

Cuando Doran levanto la vista, vio la mirada confusa de Oberyn. "Wow." Simplemente dijo. "Realmente eres más imbécil de lo que creía. Me sorprendes, hermano."

Oberyn no contesto, simplemente quedó pasmado mientras su ojos se habrían a más no poder.

Doran siguió. "¿Tu realmente piensas que tú castigo termina cuando tu quieras? ¿O cuando yo lo diga?" Pregunto negando con la cabeza. "Esto se termina cuando tu esposa así lo decida." Los oídos de Oberyn comenzaron a zumbar. "¿Oíste? Si quieres tus comodidades de vuelta, ve a llorarle a ella. Y será mejor que te arrastres por todo Dorne para que esa muchacha te perdone."

Oberyn no decía nada. En el fondo sabía que su hermano mayor tenía razón. El siguió haciendo lo que quería aún cuando ambos se lo advirtieron. Desafió sus responsabilidades ocasionando que perdiera comodidades. Pero su orgullo no se lo permitía decirlo en voz alta.

"Retirate." La voz de su hermano lo saco de sus pensamientos. Se levantó y se retiró a sus aposentos. Pensando en el siguiente paso.
















"No entiendo cómo pudo decir algo así

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"No entiendo cómo pudo decir algo así. Frente a ellos. Dioses." Aegalys se sentó en la orilla de su cama mientras tomaba su cabeza con sus manos. Ser Royce se encontraba delante de ella, parado.

"No importa lo que ella diga, es alguien de una casa menor, quien está aquí simplemente como huésped. Doran no toma en serio su palabra." El ser trato de confortarla, posando su mano en la espalda de la chica.

"¿Y que importa eso?" Levantó la vista. "Todo este año solto su lengua venenosa para hablar de mi hijo y de mi. Ni hablar sobre Oberyn."

Royce bajo la mirada a sus nudillos. "Lamento no poder hacer nada." Dijo en un suspiro lastimero el cuál hace que Aegalys levanté la mirada hacia su amante. Rápidamente rodea sus delgados y pálidos brazos en el cuello del hombre, quien rápidamente le devuelve el abrazo de manera fuerte y cálida.

"Haces más que suficiente en hacernos feliz a Maegor y a mí, lo sabes ¿verdad?." Ella posa su frente contra la del hombre haciendo que violeta y verde choquen cuando se miran. El asiente lentamente.

"Pero me temo que no es suficiente." Aegalys niega.

"Lo es. Creeme."

Ambos quedan en silencio mirando la luna entrar por los ventanales. Aegalys mantiene su cabeza posada en el hombro de Royce  con su brazo rodeando el de él, quien tiene una de sus pesadas manos en el delgado muslo de la Princesa.

"Además" Decide hablar ella. "Oberyn no se comportó tan mal." Dicho eso la curiosidad de Royce se instalo en su pecho.

"¿De verdad?" Pregunto.

La princesa hizo un sonido con su voz. "Trato a Maegor como su hijo y a mi cómo su esposa." Aegalys no noto el brillo de celos que se instalo en la mirada del ser. "Claramente trata de tener sus comodidades de vuelta." Comenzó a reír junto a Royce.

"Se nota lo demacrado que están el y Ellaria."

Aegalys asintió. "No me interesa. Doran se lo dijo y el simplemente no hizo caso."

"¿Crees que ahora comienze a comportarse adecuadamente?" Le pregunto Royce quitando el cabello blanco de la princesa de su hombro para luego posar sus labios en el.

"Debería." Aegalys suspiro cuando los labios del hombre comenzaron a ir hacia su cuello.

"Me gustaría matarlo a el." Un beso. "A su zorra." Otro beso. "Y a esa vieja de Cartwell." Pego sus labios a los de la princesa.

Mientras está comenzaba a quitar la camisa de su amado, dijo. "Yo también desearía eso." Lentamente su espalda comenzó a toca el colchón, mientras las manos del Ser levantaban su bata de noche y apretaba su muslo.

Volvieron a ser uno luego de mucho.


















Cortó pero algo es algo <3

The Union Between the Dragon and the Red Viper; Oberyn MartellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora