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Habían pasado 17 días desde el parto de la princesa Targaryen. Un hermoso y sano bebé había llegado al mundo, siendo el deleite de todo Dorne, así como del cuñado de Aegalys, Doran Martell. Sin embargo, había algo que suscitaba murmuros y especulaciones en los pasillos del palacio: la apariencia del niño.

El cabello rubio del bebé era opaco, lejos de la brillante melena plateada que caracterizaba a los miembros de la Casa Targaryen. Los ojos del pequeño tampoco eran los oscuros y penetrantes ojos de su supuesto padre ausente, Oberyn Martell. En su lugar, resplandecían unos ojos verdosos, como esmeraldas en medio de un mar de jade.

Las habladurías no se hacían esperar. En cada rincón, los susurros crecían y se entretejían, llevando consigo insinuaciones y conjeturas sobre la verdadera paternidad del pequeño heredero.

Algunos se atrevían a mencionar el nombre de Ser Royce, el leal guardia de la princesa Aegalys. Su presencia constante durante el embarazo y su dedicación a protegerla habían sido notorias para todos. Aquellos que se deleitaban en los chismes sostenían que había algo más que simples deberes y lealtad entre ellos.

Oberyn, ausente durante el parto de su hijo, había desatado la furia de Doran. Se sentía furioso con Oberyn. No solo había estado ausente durante el parto, sino que parecía haber dejado a su esposa a merced de los rumores y las habladurías.

No fue hasta la noche del día siguiente que el Príncipe Oberyn, finalmente, había regresado al castillo, luego de más de un mes sin dar señales de vida.

Oberyn, con su característica confianza y aire desenfadado, entró en el gran salón del castillo donde Doran lo esperaba con una mirada desafiante. Los ojos de ambos se encontraron en un silencio incómodo antes de que Doran rompiera el hielo.

"¿Dónde demonios has estado todo este tiempo, Oberyn?" preguntó Doran con voz firme, cruzando los brazos sobre el pecho.

Oberyn sonrió de manera misteriosa mientras se acercaba a su hermano. "He estado ocupado, Doran. Cosas de mi interés personal, ya sabes cómo soy."

Doran apretó los puños, visiblemente irritado por la respuesta evasiva. "Te has perdido el nacimiento de tu hijo. ¿Cómo puedes ser tan irresponsable, Oberyn?"

Oberyn se apoyó despreocupadamente contra una columna, su sonrisa desafiante. "¿Mi hijo?", respondió burlonamente. "Eso es lo que dicen, ¿Cierto? El dorniense alzó una ceja, mirando a Doran con desdén. "Mi querido hermano, ¿de verdad crees que me importa ese asunto? No soy un hombre para cambiar pañales y cantar canciones de cuna."

La expresión de Doran se endureció. "Esto no es un juego, Oberyn. El pueblo y los consejeros están empezando a cuestionar la paternidad de Aegalys. Las habladurías se están extendiendo, y si no haces algo al respecto, te aseguro que tomaré medidas drásticas".

Doran, furioso y frustrado, agarró a Oberyn del brazo con fuerza. "Escucha bien, hermano. Si no arreglas esta situación, si no te encargas de despejar todas las dudas sobre la paternidad del niño, exiliaré a Ellaria", amenazó, refiriéndose a la amante de Oberyn y madre de sus hijas bastardas.

La mención de Ellaria hizo que la expresión de Oberyn se endureciera, sus ojos brillaron con una determinación feroz. "No te atrevas a amenazar a Ellaria, Doran." Miro los ojos de su hermano fijamente mientras la ira comenzaba a aparecer en el.

Ambos hermanos se miraron fijamente, el aire cargado de tensión y desafío. Sus caminos se habían separado en innumerables ocasiones, pero la familia y los lazos de sangre seguían uniendo sus destinos.

Finalmente, Doran soltó el brazo de Oberyn y retrocedió unos pasos, derrotado por la intensidad de su hermano menor. "Haz lo que debas, Oberyn, pero ten en cuenta las consecuencias. No quiero ver a mi reino desmoronarse".

Con un ademán de despedida, Oberyn se dio la vuelta y salió de la sala, dejando a Doran sumido en un mar de preocupación y dilemas. La incertidumbre sobre la paternidad del hijo de  Aegalys y la presión de mantener a su familia unida pesaban sobre sus hombros.


















omg ví este art en twitter y pensé en Aegalys y Oberyn

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The Union Between the Dragon and the Red Viper; Oberyn MartellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora