A la mañana siguiente, el Principe Oberyn se levantó aturdido por el abundante calor que entraba a sus aposentos. ¿Qué hora es? se pregunto mientras sus ojos se dirigían hacia las ventanas. Ellaria a su lado aún no se levantaba, haciendo que ambos estén enrollados en las sábanas cubiertos de sudor.
Oberyn se levantó lentamente tratando de no levantar a su amante. Podía escuchar el ajetreo de los sirvientes en los pasillos del castillos y a los lores y ladies hablando en el patio. Al parecer nadie se había molestado en levantarlo, pensó el principe mientras se tensaba.
Al entrar al baño para ducharse no vio más que agua en la bañera. "¿Que mierda?" al meter la mano dentro, el agua estaba fría. Simple y fría agua, ni siquiera tenía aromas. Rapidamente se cambió lo mejor que pudo y salió disparado de sus aposentos. Ni siquiera había un guardia en su puerta. ¿Como podía ser eso posible?.
Oberyn avanzaba por los intrincados pasillos de Lanza del Sol con una furia apenas contenida. Sus pasos resonaban como un trueno, y su rostro reflejaba una mezcla de ira y frustración.
Al llegar a uno de los pasillos principales, escuchó voces y risas que fluían de la estancia.Al llegar completamente, Ser Royce se tenso al ver al príncipe. Cuando vio las intenciones de Oberyn, intento detenerlo, ganándose un fuerte empujón. Sin importarle los guardias que custodiaban la entrada, Oberyn abrió la puerta de un tirón, con la mirada fija en la escena que se desarrollaba en el interior.
El estruendo repentino hizo que todos los presentes saltarán en la mesa y que el ambiente quedara en silencio. Doran, miró a Oberyn con una expresión de preocupación pero rápidamente el frío y la indiferencia llenaron su rostro.
Aegalys no sabía que hacer. Le habían informado sobre la llegada de su esposo, pero no pensaba que su encuentro sería tan incómodo. En los ojos de Aegalys, Oberyn se veía demacrado. Cabello largo y desordenado, una barba bastante desprolija, ojos hinchados, ropa fuera de lugar. Una sonrisa quiso escapar de sus labios, la cual logro tapar.
"Buenos días. ¿O debería decir "Buen provecho"?" gruñó Oberyn, su voz cortante y llena de furia contenida.
El silencio se alargó, pesado y tenso. Hasta que Lady Dyanne lo rompió.
"Principe Oberyn, un placer por fin conocerlo." Sin levantarse, lo saludó. Oberyn simplemente la ignoro comenzando a caminar hacia la mesa, encontrando un lugar vacío al lado de su hijo Maegor, quedando el niño en medio de sus dos padres.
Cuando el principe tomo su lugar, Aegalys tomó la pequeña mano de Maegor y la apretó suavemente. El pobre niño de casi tres años no entendía nada, miraba con curiosidad a su padre el cual estaba ocupado taladrando a su hermano con su mirada.
Segundos pasaron, los cuales parecían horas. Oberyn cortó la tensión soltando un suspiro pesado, mirando a sus alrededores. "Sirveme la comida." Le ordenó a un sirviente, el cual atino a acercarse a la mesa cuando Doran lo detuvo, levantando su mano. Oberyn lo miró, al igual que Aegalys.
"Me retiro." Se levantó lentamente, limpiando sus labios con la servilleta. "Princesa, recuerda que tienes clases de bordado." La platinada asintió soltando los utensilios.
Cuando Doran se dirigió hacia la puerta sin decir más, los sirvientes lo siguieron. "Yo también me retiro, Harrin debe completar unos deberes." Lady Dyanne se retiró también rápidamente junto a su hijo, dejando al matrimonio en la mesa.
"¿Que demonios significa todo esto? ¿Por qué ningún puto sirviente de mierda me hace caso?". Oberyn miraba su plato vacío, ni siquiera tenía vino para beber. Aegalys simplemente suspiro, levantándose de su asiento tomando a Maegor con ella.
Ni una palabra salió de la princesa, su hermano no le dirigió la mirada, una extraña estaba en el que se suponía era su lugar, los sirvientes no le hacían caso. ¿Que es todo este circo?.
"Deberías arreglarte." La princesa saco a Oberyn de sus pensamientos haciendo que este gire su cabeza, mirándola. "Te ves asqueroso." Sin decir más, salió por la puerta junto a su pequeño hijo, siendo seguidos por Ser Royce.
Furioso golpeó la mesa. Al levantarse la silla cayó hacia atrás soltando un estruendo, y rápidamente emprendió camino.
Oberyn entró furioso al despacho de su hermano, quien quién ni se inmutó y simplemente lo ignoraba mientras hojeaba documentos. Oberyn preguntó con rabia, "¿De qué se trata todo esto?", refiriéndose a que prácticamente todo el mundo lo estaba ignorando.
Doran no respondió y siguió escribiendo, pretendiendo no escuchar a su hermano. La ira de Oberyn creció y, en un estallido de frustración, golpeó el escritorio, exclamando: "¡Doran. Yo también soy un principe, tienen mostrarme respeto!".
Doran, finalmente, quien pareció reaccionar, levantó lentamente la mirada hacia la de su hermano, la cual mostraba fuego. Dando un suspiro, abrió la boca.
"¡Ser Clene!"llamó a su guardia.
"¿Si, mi príncipe?" El hombre preguntó.
"Lleva a mi hermano a sus aposentos." ordenó con frialdad.
Oberyn, quien en ningún momento despegó sus ojos de su hermano, comenzó a escuchar el ruido de la armadura del Guardia de Doran, quien se aproximaba para sacarlo del despacho real.
Cuando el guardia finalmente se acercó a Oberyn, este se resistió con fuerza. Doran, al ver cómo Oberyn iba ganando, llamo a más guardias, dos, para ser exactos, para controlar la situación.
Entre todo el revuelo, pudieron contener a Oberyn, quien se encargaba de lanzar puñetazos, patadas e insultos a los guardias, mientras que algunos lores y ladies junto a sirvientes miraban el espectáculo.
Para cuándo sacaban a Oberyn, Doran se acercó a su hermano con sus manos entrelazadas detrás de su espalda con una mirada impasible pero cargada de decepción. "Nada de esto estaría ocurriendo si tan solo cumplieras con tu deber" murmuró Doran, su voz apenas un susurro.
La tensión en la habitación era palpable, y Oberyn, atrapado en la implacable mirada de su hermano, se quedó en silencio mientras lo arrastraban fuera de la habitación, la sombra del sol eclipsada por la oscuridad de su ira.
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The Union Between the Dragon and the Red Viper; Oberyn Martell
Fanficoberyn martell x targaryen fem!oc