Julio 01, de 2019.
—En tan solo días se cumplirán cuatro meses desde que te fuiste de mi vida James. — Miraba su lápida, con mucha tristeza —. Siempre me preguntó, ¿cómo estás?, y espero que le respuesta sea positiva.
Todo estaba en silencio al rededor. No había nadie, al menos, no que yo halla visto.
—No sé si el sueño que tuve hace algunos días, era una señal que tú enviaste. Se que me dijiste que me esperarías, pero, no tendrás que hacerlo por más tiempo. Pronto estaremos juntos. Tal como queríamos.
Me levanto del suelo, me limpio y miro por última vez su lápida, para después darme la vuelta y salir de ahí.
Ya había tomado una desición.
(✯✯)
Estaba en mi tienda. Sentía que en este lugar podía gritar, llorar, tirar cosas, y nadie me detendría. Era por así decirlo, mi nuevo lugar seguro.
Pero ahora, no lloraba, no gritaba. Solo pensaba. Pensaba en tantas cosas, que me sentía mareada. Pero también, me preguntaba muchas cosas. Por ejemplo:
¿Cómo es posible poder seguir adelante después de que el amor se tu vida se fuera para siempre de tu lado?
¿Cómo es posible siquiera respirar sabiendo que el ya no está?
Enfrentar ese duelo, del que sabes que jamás se podrá salir, es como subir en una rueda de la fortuna, dónde lo único que hace es dar vueltas, sin llegar a ningún lado.
Saber que jamás volvere a darle un abrazo, o tan siquiera decirle que lo quiero. Es un dolor que me parte el alma.
Pero, cuando menos te lo esperas, llega una persona y te hace darte cuenta que si puedes volver a amar.
Solo que, ¿cómo puede suceder eso, si todavía no has sanado?
Y la peor parte de todo, que sientes que le estás fallando al amor de tu vida, por sentir cosas por otra persona.
No tenía del todo claro que sentía por Ryan. Puede que solo este alucinando, y buscando alguna excusa para poder seguir adelante. Para darme cuenta que si podría llegar a ser feliz sin James. Pero no, no podía. Recién lo conozco. Y por más que el ha sido atento conmigo, era imposible que yo sintiera cosas por el.
Siempre tuve miedo de dejar solo a James, sabía que no le gustaba, le daba miedo. Tampoco le gustaba el silencio, sentia que lo sofocaba.
Y nunca creí, que yo ahora era la que tenía miedo de estar sola, de que el silencio y el dolor me consumieran. Tal y como James siempre me buscaba a mi para que lo ayudara, para que estuviera con el, ahora yo estaba haciendo lo mismo con Ryan.
Y no podía permitir que el fuera el que me salvará. Porque tarde o temprano lo terminaría arrastrando a mi dolor. Terminaría hundiéndolo a el. Y no podría perdonarme eso.
Las personas que están rotas, pueden dañar a los demás. Y es algo inevitable.
Solo necesitaba que el se fuera, que partiera y se olvidará de mi. Lo necesitaba tanto, como necesitaba a James.
Solo nos conocemos hace un mes, y aunque el sabe muchas cosas de mi en tan poco tiempo, y ha pasado conmigo muchas cosas. Todavía lo podía sacar de mi vida, sin afectarlo.
No pude salvar a James, pero si puedo salvar a Ryan de lo que yo misma ocasionare.
(✯✯)
No estaba segura de lo que iba hacer, pero, se que era necesario.
Marco el número de mi madre. Al llamarla, no atendía. Intenté varias veces, pero, no logré obtener respuesta. Así que decidí dejarle un mensaje:
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Quizá en otra vida, fuimos tu y yo.
Ficção AdolescenteLa felicidad es algo que cuando se consigue, lo único que queda es cuidarla, porque cuando menos lo esperas, se te es arrebatada. Y yo no cuide mi felicidad. Y ahora, no sé cómo podré vivir sin el. Sin la persona que me daba esa felicidad.