𝐒𝐋𝐔𝐓! || ❝ what it all i need is you? ❞
El mundo de 𝚂erena 𝙻ovegood ha quedado patas para arriba. Y no es para menos cuando, al romper en buenos términos con su novio 𝙲edric 𝙳iggory, rumores se desprenden de Hufflepuff como fuego griego; pl...
Todo había cambiado. De la manera más catastrófica posible.
Ya no era la chica adorada ni mucho menos; era la nueva zorra de Hogwarts. Con que por eso me miraban tanto, por eso se quedaban susurrando en cuanto pasaba por su lado. Se me revolvía el estómago cada que vez me miraban como si la que tuviera la culpa fuera yo.
Y el primer día de clases fue peor.
Fue en aquel día en que sus murmullos me llegaban a la nuca y me respiraba su odio.
Jamás, ni en un millón de años, hubiera pensado que esta ruptura sería como una guerra. Como si esto se tratara de batallas. Y de bandos. Los malditos bandos.
Yo no tenía a nadie a mi favor. Bueno, a ciertos amigos, pero ni la mitad de que los que tenía el año pasado. La mayoría, hablaba mal de mí a mis espaldas, promulgando lo que ya todos sabían. O creían saber.
Al final de esa estúpida clase, la de historia de la magia, Harry Potter, que había estado unos bancos atrás hablando con Hermione Granger, vino a verme.
Me saludó con un abrazo y sentí sus gestos angustiados antes de que hablara.
—Oye, Sere... sabes que cualquier cosa puedes contar conmigo, ¿verdad? Ruby y yo les romperemos la cara a cualquiera que se atreva a decir una palabra sobre el tema. —Palidecí con la sola mención de la cuestión. Ruby no había ido a la clase del profesor Binns aquella mañana. Se había quedado dormida en su habitación, según lo que me había informado Ginny Weasley.
Tomé a Harry del hombro en un gesto que reflejaba mi agradecimiento.
—Gracias, Hazz. No sabes cuando significa eso para mí.
Él me sonrió y se marchó del salón. Nunca habíamos sido tan amigos. Compartíamos fama en ciertas cosas, pero yo lo admiraba mucho a Potter y estaba muy agradecida de contar con su apoyo.
Salí del aula sin antes sujetarme el cabello. En el alféizar de la puerta se encontraba Draco. Yo sonreí con ternura. Era la tercera clase del día y él me había ido a buscar a cada una de ellas para que "no me pasase nada en el camino".
