Historias Cortas Simbar

Nunca te vi venir

AU sin Jam & Roller. Simón músico en ascenso x Ámbar actriz profesional. Nada muy explícito. Espero les guste.

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Fue Delfi quien los presentó. 

Delfi era una de las pocas personas que Ámbar realmente podía llamar amiga en el mundo de apariencias en que vivían las dos. Se habían conocido como la mayoría de los actores conocen a otros actores— a través de un proyecto. Las dos tenían quince en ese entonces, Ámbar llevaba ya tres años actuando, Delfi solo uno. Había estado nerviosa de participar en su primera serie grande y Ámbar la había ayudado durante el proceso, quizás porque se vio a sí misma de chiquita reflejada en ella, y entre cientos de horas de trabajo conjunto, incontables anécdotas detrás de cámaras y varias cosas que resultaron tener en común, se formó un vínculo duradero, uno lo suficientemente fuerte para sobrevivir después de que dicho proyecto terminó y las dos se fueron por caminos distintos. 

Ahora con veintitrés, Ámbar se alegraba mucho de haber conseguido hacer amigos de verdad en sus años de formación, tanto dentro como fuera de la industria. Aquellos que estaban dentro la entendían como nadie. Los que estaban fuera la ayudaban a centrarla, a ver perspectivas distintas, la mantenían humilde. 

Era muy difícil tener citas fuera de la industria, sin embargo. Los chicos que no formaban parte del medio no lo entendían, no estaban capacitados para lidiar con la exposición que significaba salir con una figura pública, terminaban resintiendo los itinerarios cambiantes, las cancelaciones de último momento porque algo surgió, la falta de 'normalidad'. 

(No lograban ver que, para ella, esto era lo normal.) 

Así que a Ámbar no le sorprendió cuando Delfi le contó que que había conocido un chico en una ceremonia de premios. No le sorprendió tampoco cuando dos semanas después le contó que dicho chico ahora era su novio— Delfi tendía a enamorarse un poquito rápido. Ámbar la escuchó hablar sobre lo buenísimo que estaba su nuevo novio, y que el chico estaba en una banda, y que era tan romántico. Ámbar quería advertirle que los músicos tenían la mala reputación de ser infieles, pero quizás eso solo eran sus problemas de confianza hablando; ni siquiera conocía al chico como para hacer asunciones. Su amiga estaba feliz, y aunque sí tendía a dejarse absorber un poco mucho por el amor a veces, su gusto no solía ser malo, así que Ámbar decidió darle una oportunidad a este chico.

Delfi la llevó a una fiesta para que pudiera conocer a Pedro, su nuevo, y aparentemente perfecto, novio. Ámbar habría preferido un ambiente más tranquilo para verlo por primera vez, pero supuso que este tenía sus ventajas también— Podía observar cómo él se comportaba en este tipo de contexto, si sus ojos se desviaban hacia las modelos y otras celebridades cuando Delfi no lo estaba mirando, o si consumía demasiados tragos y sustancias cuando estaba fuera de la luz pública. 

Afortunadamente, Ámbar no pudo encontrar ninguna falla en su carácter a medida que se pusieron a conversar. Pedro realmente parecía ser el chico bueno que Delfi había dicho que era: Era vivaz, gracioso, lucía sabiamente nervioso por el prospecto de conocer a la mejor amiga de su novia, y con la forma en que miraba a Delfi, no parecía que tuviera ojos para nadie más. 

Ámbar estaba aliviada. Por supuesto que recién lo estaba conociendo y la parejita feliz recién estaba en la etapa de Luna de Miel donde nada nunca parecía ir mal, pero de todas formas, estaba feliz por su amiga. Delfi había quedado muy triste e insegura después de que su último crush no quiso estar con ella. Era muy bueno que ahora sí se estuviera sintiendo querida. 

"¿Nico y Simón dónde están?" Delfi le preguntó a su novio después de un rato. 

Pedro miró alrededor. "Se fueron por su cuenta cuando les dije que me iba a juntar con vos, deben andar por ahí en alguna parte."