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Myo nunca fue alguien feliz, desde niña estuvo en un orfanato por qué su mamá no la quería en su vida.

Desde los 5 estuvo en ese lugar, no se podía quejar, al menos no estaba en la calle y tenía donde dormir y comer.
A los 12 escapo por la ventana de su dormitorio, pensó que seria libre de todas las reglas y esa mierda.

Pero no fue así.

Presenció algo que no debió.

Un asesinato.

Ella buscaba un hotel para dormir con el poco dinero que tenía en su mochila.

Lo que no sabía era que se había metido al barrio más peligroso de todo Tokio, ahí no había reglas y todo era manejando por el cartel de drogas más grande de Japón.

Los “Dragones rojos”.

Al ir más profundo al barrio se encontró con varios restaurantes pero en todos solo había hombres y eso le causaba desconfianza ya que se veían como matones.

Siguió camino hasta llegar a una bodegas, no se veían abandonadas por qué había luces que estás emiten.

Iba a seguir su camino cuando se escucharon unos gritos proveniente de una bodega grande, y como cualquier nena de 12 años se le ocurrió acercarse.

Al llegar se escondió atras de una cajas que estaba afuera de la bodega pero aún así podía ver todo, vio a unos hombres con trajes de vestir, eran como cinco, uno tenía un tatuaje de dragón en la parte de atrás del cuello.

Vio como le golpeaban con un bate a un hombre que gritaba por piedad, los hombres le dijeron que querían su dinero pero al pedirles por un poco más de tiempo el hombre del tatuaje saco un arma y ya sabran lo que pasó.

Myo al ver eso, se quedó sin aire y lo único que se podía ver en su mirada era miedo, cuando trato de salir corriendo tiro las cajas que la escondían lo que provocó un estruendo muy grande.

-¿Quien está ahí?- gritaron.

Rápidamente comenzó a correr con todas sus fuerzas oía zancadas atrás de ella, y como le gritaban que se detuviera.

No lo hizo.

Siguió corriendo hasta que choco con con hombre mayor de unos 50-60 años de edad.

-Señor! No es lo que cree, esa mocosa- El de tatuajes intento dar una explicación pero el señor lo interrumpio con un levantamiento de manos.

-Cual es tu nombre?-Su voz era lenta y ronca, daba escalofríos, pero tenía miedo asi que hablo.

-Myo hirokazu.

-Bien myo,¿Tienes hambre? - ella solo asintió con la cabeza.

-Yun ve por el carro.- una vez fue por el carro, el hombre llevo a myo a un restaurante para que comiera algo.

-Señor, la niña presenció todo.- Yun le susurro al viejo al cual no le importa mucho.

-Esta rica? - pregunto a myo al ver qué comía la carne con desesperación.

Ella solo lo miro y dejo la comida en su plato.

-¿Mocosa,donde están tus padres? - pregunto Yun.

-Soy huerfana.-

-Mmm ya veo, supongo que escapaste no ? Por tu mochila.- dijo el viejo.

Asintió.

-No te gustaría formar parte de una familia muy grande?.-Cuando el viejo dijo eso Yun lo volteo aver como su hubiera enloquecido. 

-Pero señor- Yun trato de hacerlo cambiar de opinión pero fue ignorado.

-No lo se...

-Vamos, no tendrás que vivir sola.- el hombre le dedico una sonrisa.

-Esos hombres.. eran suyos?

-Si veras, cuando alguien hace un trato y no lo cumple debe ser castigado.

-Con la muerte? -Myo no era idiota, sabía perfectamente que esos hombres eran peligrosos pero y si les decía que no ? La iban a matar?

-Ire con ustedes.- Dijo para volver a comer su pedazo de carne.

El viejo tenía una sonrisa en la cara, al fin había encontrado lo que quería.

Un soldado más.

Al terminar de comer el hombre la llevo a un santuario, myo a un cargaba su mochila.

El viejo la guío a la parte trasera del santuario, donde había varios hombres "peleando" , el viejo le explico que era su entrenamiento.

Myo se sintió intimidada al ver a muchos hombres mucho mayores que  ella y Claramente muy fuertes.

Todos al ver al viejo llegar detuvieron lo que hacian para ponerse el fila y con las manos a los costados  como los militares.

-A partir de este día,esta niña, pertenecera  a nuestra familia tratenla como tal.- el viejo hablo con voz autoritaria.

Se comenzó a oír murmullos entre los hombres con frases como"Está loco" "es una chica" "no dura mucho aquí "

-Ya basta! Myo pertenece ahora pertenece a los dragones rojos y será tratada como todos aquí entendieron?.

Desde entonces myo se quedó ahí, entrenado igual que ellos, con el mismo trato que ellos, aprendio a ser como ellos.

En poco tiempo demostró su destreza, volviéndose la mas fuerte y la favorita del viejo.

Ella era la que se encargaba cuando alguien no le pagaba al viejo.

Le dieron el nombre de "la muerte en persona" por qué todos los enemigos que se enfrentaban a ella ya no están en este mundo.

Cuando cumplió 17 le hicieron el tatuaje de los dragones rojos, ella lo quiso en la espalda.

Ella quería seguir estudiando así que le pidio al viejo que le ayudar a seguir estudiando para luego ir a la universidad.

El cual el acepto.

Por unos años todo pareciera ir bien, aunque aveces odiara su trabajo por qué sabía lo que implicaba, al menos ya no estaba sola.

Pero Luego se dio cuenta que el viejo nadamas queria un soldado que sea fácil de infiltrar en sus enemigos y que mejor una niña.

Ya no tenía opción tenia que seguir trabajando para el, si no se quedaba sin nada o la desvivian.

Cuando cumplió 18 logro entrar a la escuela de medicina lo cual que le quitaba tiempo de estar con los dragones pero al viejo no le importaba si el la quería en ese Momento ahí ella tenía correr para llegar.

Myo comenzo a arrepentirse de haber aceptado entrar a los dragones rojos y quería escapar, así que comenzó a hacer un plan para escapar.

 

𝐁𝐨𝐫𝐧 𝐭𝐨 𝐬𝐮𝐫𝐯𝐢𝐯𝐞 ● 𝐒𝐡𝐮𝐧𝐭𝐚𝐫𝐨 𝐂𝐡𝐢𝐬𝐡𝐢𝐲𝐚 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora