40. dolor

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Azora Pov's.

Me baje del transporte agobiado, tapando mi rostro y cuerpo, evitando que se viera cualquier parte de mi piel, evitando que mi rostro se viera en caso de que aquel tipo que se hace llamar mi hermano me reconociera. Camine en dirección a la mansión, tras casi una hora y media de viaje luego de salir del trabajo me decidí para ir a ver a Conrad, cortando un par de flores de camino, margaritas.. a él le encantaban.

Lo necesitaba, necesitaba su presencia, su cercanía..

Mis piernas se guiaron débilmente hasta su puerta, pero topandome ahí algo que deseaba no haber visto. Restregue mis ojos, pero no, no se borró, el estaba ahi con Marck dándose un beso, algo que creí tan íntimo, algo que creí era especial entre nosotros dos. Pero no, mi corazón se apretó, más que dolor una ira me consumió, algo me había avisado que no debía encariñarme, pero lo hice, desobedcí, me advirtieron de las consecuencias y no hice caso.

Y yo que creí el era especial.

—Conrad.—demande asegurándome de que era él, no otro niñato rico y rizado, haciendo que se volteara a verme estático, corriendo a abrazarme pero fallando en el intento. Lo empuje sintiendo una ira y un dolor sumamente fuerte en mi pecho, y sin más antes que mi voz se cortara lo mire a los ojos y hablé.— Que asco me das.

Solté el ramo de flores que le traía, y camine devuelta a casa sin importar como su pequeño cuerpo se tenso, como sus ojos comenzaron a llorar, y como suplicaba para que no me fuera y lo escuchase.

¿Pero realmente debía escucharlo?.

No, todo había llegado a su fin, no sabía mucho del romance pero no era tan idiota como para no saber que eso era una traición.

Mis ojos se aguaron en cuanto subí al transporte devuelta a casa, subiendo débilmente las escaleras, topandome con Bleu.

—¡¿Donde rayos estabas?! —mi mirada perdida se fue a la suya, mi ojos ya no resistieron las ganas de llorar—¿que sucede mono?, ¡¿Estas bien?!..

—Conrad.. lo vi besando a Marck...—Aquella me cuido, dejándome llorar entre sus brazos, arropandome con el único cariño sincero que he sido capaz de tener.—

Como si todo no estuviera lo suficientemente mal ahora..

Y si soy sincero, me había acostumbrado a la sensación amarga que dejaba querer a alguien, pero también en el fondo de mi corazón tenía la vaga esperanza de que con Conrad terminaría diferente.



Bleu.. tengo un mal augurio.. —hablé bajo recostado a su lado, en la cama de aquella vieja casa

No pasara nada, tengo mis tijeras justo aquí. —dijo mostrándome sus maravillosas tijeras.

Si tu lo dices.. —sonreí algo alejado de ella, mi cuerpo dolía, tenía moratones por todo mi cuerpo producto a mi padre, una ocasión en la que Bleu llego cuando había terminado de golpearme.

—¿Te duele mucho? —preguntó acariciando mi cabello y negué

Casi no me duele —mentí

Un disparo fue oído y Bleu inmediatamente se quedó en silencio, quedando atenta si es que algo ocurría, otro disparo se escucho y esta inmediatamente bajo de la cama bajandome después.

—¡Bajo la cama, Ahora! —demandó en un susurro y obedecí escondiendome asustado— no hagas ningún ruido.

Llenó de ropa bajo la cama donde estaba escondido, para dejarme perfectamente cubierto. Gritos de mis padres fueron oídos, e inmediatamente pasos directo a nuestra habitación, Bleu se mantuvo detrás de la puerta, de pie sobre un mueble viejo sin soltar sus tijeras.

Metanoia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora