"... Si nadie en el mundo se
preocupa por ti en absoluto,
¿realmente existes?..."
Hoy el día se presentó más caluroso de lo normal, ya desde buena mañana se sentía el sol abrazándote vivo.
Después de recoger los ya famosos destrozos nocturnos, Beomgyu decidió que el plan de hoy sería la jardinería.
Yo rodé los ojos pensando "para un poco Man... mira el calorón que hace"... pero asentí como un cachorro sin decir nada.
Al bajar del coche para ir a la floristería, nos cruzamos una chica que realmente estaba buenísima, llevaba un super escote y un pantalón corto ultra pequeño...
Casi me rompo el cuello girándome a verla descaradamente, pero él ni se inmutó.
Cuando la chica se perdió de mi vista le pregunté: —¿has visto eso? ¡Pedazo de mujer!—
Y suspiré.
—No miro esas cosas— Dijo serio.
Le vi ponerse recto, lo que significaba que se estaba preparando para el huracán de preguntas indecentes que sabía le iba a hacer.
Me reí y le solté la primera bomba:
—¿Cómo haces para evitar estas tentaciones?—
—No son tentaciones para mi— afirmó sin distraerse de su camino.
—¿Ósea que podrías tener a alguien desnudo frente a ti y ni te inmutarías?— cuestioné confundido.
—Si, exacto— declaró.
—¿Y cómo se logra eso? Digo, ¿no pensar en follar?— pregunte intrigado por la respuesta.
—Centrando la energía en otras acciones— soltó.
—¿Pero y si te tientas? ¿Nunca has tenido ganas?— seguí cuestionando caminado delante de él hacia atrás para verle a la cara.
—Yeonjun!!... suficiente por hoy— gruñó fastidiado.
—Está bien...— me callé con un puchero, y el rió.
Sabía que era mejor dejarlo cuando ya había tirado demasiado de la soga.
Otra vez me tocó elegir a mí las flores, mientras él buscaba las macetas.
Por primera vez en mi vida me sentía tenido en cuenta.
Tenía la sensación de que a alguien le importaba lo que yo quisiera.
No estaba acostumbrado a sentir estas cosas, y no sabía cómo manejarlas.
Me decanté por las Garberas, vi que a un costado había un pequeño libro donde decía el significado de los colores, así que las elegí pensando en él.
Moradas, porque representaban la humildad, la modestia y la generosidad.
Algunas también de color naranja que simbolizan la alegría.
Otras blancas que significan pureza e inocencia.
Por último dos rojas, que demuestran el amor romántico que nunca morirá.
No quise reconocerlo ni en voz alta, ni para mi mismo, pero estas flores gritaban lo que él significaba para mí.
Colocamos las macetas en la entrada de la iglesia, a ambos lados, sobre las escaleras, en el mismo sitio donde estaban las que mis amigos y yo rompimos algunas noches atrás.
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𝐄𝐥 𝐩𝐞𝐜𝐚𝐝𝐨 - 𝐘𝐞𝐨𝐧𝐆𝐲𝐮
Fanfiction~Las tentaciones como tú, merecen pecadores como yo...~ Temas malsonantes de religión, sin ánimo de ofender a nadie. Créditos a: @woosanieforever