𝐄𝐬𝐩𝐞𝐜𝐢𝐚𝐥

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"... Siempre me vas a querer.

Yo represento para ti todos los

pecados que nunca has tenido

el coraje de cometer..."


Pov Yeonjun


—¡Soobin, date prisa que vamos tarde!— grité nervioso dando vueltas por toda la habitación.

—Cálmate campeón, que está todo controlado, respira hondo o te tendré que pegar— Soltó riendo, mientras me empujaba en la silla para que me sentara y poder empezar a hacer unas bonitas trenzas en el lateral de mi cabeza.

—Serás el novio más lindo de todas las bodas del mundo mundial— aseguró dando un suspiro relajado.

—Y tu el padrino más pendejo— afirmé sacándole la lengua.

—Aaaa, necesito una cerveza o algo de alcohol porque me moriré de los nervios— gruñí soltando fuerte el aire.

—Imposible, tú y yo tenemos prohibido beber absolutamente nada— aclaró.

—¿Y eso quién lo dijo?— pregunté resoplando enojado.

—Orden del alto mando— contestó.

—"Beomgyu y Kai..."— bufé tirándome en el respaldo de la silla con fuerza.

—Ujum— asintió con la cabeza divertido.

Tras casi una hora más, en las que acabé de peinarme, arreglarme el traje negro que llevaba con camisa blanca y mirarme cien veces al espejo, bajamos hacia el enorme jardín que tenía aquella casa de campo.

A lo lejos pude ver aquella pequeña glorieta improvisada con flores lilas y moradas adornando el techo y los laterales.

Hermosos fardos de paja decorados con lazos, donde los invitados podían sentarse y mirar toda la ceremonia.

Era un lugar mágico sacado de un cuento de hadas.

Tomé con nerviosismo la mano de Bin y empezamos a caminar hacia el altar por aquel camino hecho de pétalos de flores, bajo los gritos y aplausos de toda la gente que se ponía en pie para vernos.

Al llegar, me coloqué en el costado a la espera de mi amor.

Estaba hiperventilando... nunca había estado tan nervioso en toda mi existencia.

Soobin ponía su mano en mi hombro para intentar tranquilizarme, pero era casi imposible que el corazón dejara de intentar salirse de su lugar.

—Te ves impresionante, así que cálmate— me dijo al oído.

Iba a contestarle con una de mis típicas frases cortantes, cuando una melodía empezó a sonar.

Todos giraron sus cabezas hacia atrás ansiosos por no perderse semejante escena.

Mientras sonaba Now We are Free de Lisa Gerard, se presentó ante mis ojos la imagen más irreal, fantástica y etérea que ni siquiera mi imaginación en miles de sueños podría crear.

Beomgyu, vestido con un hermoso traje color blanco, con un gran ramo de tulipanes violetas en sus manos, caminaba despacio hacia mí del brazo de Kai.

En aquel momento me era imposible creer que existiese una persona más preciosa que el hombre que me miraba fijamente a través de todas las caras de la gente.

𝐄𝐥 𝐩𝐞𝐜𝐚𝐝𝐨 - 𝐘𝐞𝐨𝐧𝐆𝐲𝐮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora