«Si no te quiere como eres, lo mejor será cambiar por completo. ¿O así no era la frase»
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Jake Martin es el chico popular de la escuela, el amigo consejero, el hijo intachable, el novio perfecto y el mejor capitán del equipo de lacrosse. O al me...
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—Yo también lo pasé muy bien contigo.
Jugueteo con mis dedos mientras escucho a Jake hablar por teléfono. Estamos en su habitación, yo sentada en el borde de su cama y él, parecía una chica de doce años, mirando y pasando sus manos por las paredes, como si todo fuera fascinante.
Vine después de clases, aprovechando que ni sus padres ni los míos aún no llegaban, para que habláramos con Zoey por teléfono y así conseguir una segunda cita para él.
Según me contaba Jake, se habían estado mensajeando, pero nada que indicara que podrían salir de nuevo.
Así que como está desesperado,me pidió que lo ayudara de nuevo, así que aquí estoy, ayudándolo a hablar con ella, porque Jake aún está propenso a joderla en grande.
—¿Podríamos repetirlo si quieres? —la voz de Zoey resuena a través de los parlantes.
Como la teníamos en alta voz, no puedo hablar en voz alta, así que estaba usando una croqueta de Jake para anotar lo que él tenía que decir con un marcador rojo.
—"Claro... si quieres podemos ir al... al parqui"
Eso no es lo que dice. Agarre el cojín más cercano y se lo lance la cara, mi letra es entendible y este tonto la menosprecia.
—¿A dónde?
—Al parque, al parque —corrige con rapidez.
Utilizo otra hoja para escribirle en mayúsculas "idiota". Cuando veo que abre la boca para decirle eso le lanzo el marcador también.
—Por supuesto. ¿Te parece mañana?
Asiento, arrastrándome por la cama para agarrar otro plumón.
—"Me encantaría... pero debo estudiar ciencias... tal vez otro día..." Aguarda Zoey —quita el altavoz del móvil y luego lo tapa con su mano—. ¡No tengo nada que estudiar Summer! Dijo que sí ¿porque no aceptar?
—Haz lo que te digo idiota.
Él hace cara de disgusto y un montón de burlas más, hasta que finalmente vuelve a poner el altavoz y la voz nerviosa de Zoey resuena en estas cuatro paredes.
—Jake, ¿Sigues ahí? —como si pudiera irse.
—Sí, te decía que me encantaría salir contigo pero debo estudiar ciencias...
Deja la frase sin terminar haciendo un silencio de aquí hasta la otra línea, pasa su mano por su cabello, inquieto de tener que esperar por una respuesta. Creo que no está acostumbrado a eso, que las chicas no se arrojen a sus brazos inmediatamente.
