16. La cuarta J

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Tengo que ser honesta, luego de que Jake saliera del equipo, Thomas se uniera a nuestro pequeño grupo y April abriendo los ojos y viendo lo estúpido que es Jesse; pensé, realmente pensé que ya no tendría que venir a los estúpidos entrenamientos del equipo de lacrosse de la escuela. 

Que ingenua fui.  

No solo April me fue a buscar hasta mi salón justo segundos luego de que mi última clase acabara, no, Jake también fue para arrastrarme hasta la cancha de la escuela. Como si ninguno tuviera nada mejor que hacer por su vida. 

—Ni siquiera sé por qué sigo volviendo aquí —murmuro. Es como una pesadilla. 

—Venimos a apoyar a Jesse, no seas amargada. 

Hago una mueca, incrédula por lo que acabo de oír. ¡Jesse ni siquiera me agrada! 

—¿No te trae recuerdos? —Jake me corta antes de que pueda hacer algún tipo de comentario sobre su mejor amigo. 

Al principio no entiendo a lo que se refiere, principalmente porque dice eso con la cabeza metida en su mochila, rebuscando algo que no alcanzo a ver. 

Se endereza, una mueca parecida a una sonrisa burlesca aparece en su rostro, y no comprendo por qué actúa tan raro hasta que pone una botella en mi cara, literalmente en mi cara. 

—¿Tienes sed? —pregunta burlesco. 

—Eres un idiota. 

Se larga a reír tan pronto como me escucha, alejando la maldita botella de agua. 

Me giro, las mejillas ardiendo por la vergüenza de recordar ese día. 

—¿Qué es esto? 

Thomas y April se sientan junto a nosotros. Mi amiga me mira por un segundo y luego sonríe, que extraño. Aunque quizás tenga que ver con el hecho de que más gente la acompaña a observar cómo juega Jesse. 

—Esto, agradable y querido Thomas, es el lacrosse.

Ignorando a todos, rebusco entre mi mochila el libro que estaba leyendo hace unos días. Tengo que aprovechar antes de tener que devolverlo a la biblioteca y con todo lo que ha estado pasando, lamentablemente lo he estado dejando de lado. 

—¿Lacrosse?

—¿No sabes lo que es? —pregunta Jake, el ceño levemente fruncido. Debe ser raro para el ex capitán del equipo ver que alguien más no conoce del deporte. 

Regreso a lo mío

—En tu país es un deporte muy común —digo sin levantar la vista de mi libro—, ¿cómo no sabes?

—Al parecer he vivido bajo una roca todo este tiempo porque al menos yo, no conozco nada de esto. 

Alzo la vista. Debería morderme la lengua y evitar decir lo que quiero decir, pero Thomas se ve tan perdido observando la cancha de juego que realmente no me puedo contener. 

—De hecho Inglaterra fue uno de los primeros países  en practicarlo —escupo información—, junto con Nueva Zelanda, Australia, Canadá y…

—¡Summer! —April me corta, me conoce tan bien que ya está exasperada—, no tienes que contarnos toda la historia.

Jake y Thomas sueltan risitas al unísono. Si bien este grupo de... ¿amigos?, no es muy pronto para llamarlo así, de conocidos es nuevo, de a poco van entendiendo la dinámica entre la pelirroja y yo.

Molesta porque me cortaron la inspiración, espero unos segundos antes de soltar en un murmuro: —En Canadá es considerado deporte nacional.

—¡Summer! —repite en el mismo tono que antes. 

Lecciones de una nerd Donde viven las historias. Descúbrelo ahora