28. El mal tercio de la historia

177K 12.7K 4.4K
                                    

Voy a matarlo.

Voy a ir hasta su casa, golpear su puerta y matarlo.

¿Cómo se le ocurre estar teniendo una discusión tan temprano y gritando de esa forma? Es como si estuviera pegado a su ventana gritando.

—Tienes que escucharme, no voy contigo porque no quiera, pero he estado esperando esto desde hace tiempo.

Sostengo la almohada contra mi cabeza, intentando taparme los oídos para no escuchar nada más. Nunca había odiado que nuestros cuartos están casi a la misma altura como ahora.

No sé desde cuando han estado discutiendo, solo se que cuando me despertaron ya estaban en eso.

Tampoco entiendo como los puedo oír tan bien.

—Mentira, sabes muy bien que lo haces por ella. Dime, por qué preferirías ir a un simple baile, que ni siquiera es tu graduación, en vez de ir conmigo este fin de semana al viaje con mis amigos.

Se hizo silencio.

Suelto un suspiro largo y pesado. Ya lograron despertarme.

«¿Quién es ella?»

No lo sé y, la verdad, no quiero averiguarlo, quiero seguir durmiendo.

Pero el ruido —griterío— no demoro mucho en regresar.

—Zoey te lo dije, entiéndelo por favor, no tengo nada con ella, simplemente somos amigos y ya. Nada más que eso.

«Eres tú...» Cómo voy a ser yo, si se supone que soy la prima.

—Bien, pues, vete con ella. Ten una linda fiesta y espero no escucharte en la madrugada porque estás llamándome y pidiéndome disculpas porque yo tenía razón.

Giro en mi cama para tomar el movil de mi mesa de noche, además de mis gafas. El brillo de la pantalla me deslumbra al encenderlo.

Son las... santo Dios, maldita sea Jake Martin. Son cuarto para las nueve, recién.

Suelto un largo y ruidoso bufido porque no hay forma de que mi cuerpo pueda volver a dormirse, mucho menos ahora que los gritos están cobrando sentido. Debo admitir que estoy algo intrigada por saber qué sucede tan temprano.

Volteo hacia mi ventana, hay un pequeño rastro de luz que logra entrar a través de mis cortinas. Supondré que esa luz proviene desde el cuarto de Jake. Me levanto de mi cama para caminar hacia allá, con mucha lentitud, como si cualquier movimiento pudiera ser sentido de alguna forma por ellos.

Me paro junto a la ventana, con cuidado de que no me puedan notar, en caso de que estén mirando hacia acá.

—Vamos, no te molestes, si pudiera llevarte conmigo lo haría, pero lamentablemente la escuela tiene esa regla. Y me gustaría ir contigo, pero los chicos están emocionados con el baile desde hace tiempo, no puedo dejarlos tirados así como así.

De pronto se hace silencio, y de por inercia me quedo quieta como estatua. Ojalá Zoey no lo haya matado.

Con mucha precaución muevo ligeramente la cortina para ver hacia fuera. Efectivamente tienen su ventana abierta, sin embargo las cortinas no. Puedo notar las siluetas de ambos.

Juro que mataré a Jake.

¿Qué hacen gritando junto a la ventana? Y tan temprano... por qué su mamá no se levanta dispuesta a darle un golpe a ambos, porque si fuera yo y Jake fuera mi hijo, le hubiera golpeado con la escoba desde hace bastante tiempo. Fuerte y reiteradas veces.

—No me agrada esta situación. Además, sabes que esa no es mi molestia, lo que me molesta es que te llame ahora en la madrugada, en nuestro momento y le contestes. ¡Ya no sé cuántas veces más nos interrumpirá!

Lecciones de una nerd Donde viven las historias. Descúbrelo ahora