Capitulo 17.

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*Manuel*

No he dejado de pensar en Andrea todo este bendito tiempo, desde las cuatro de la mañana que salí de la habitación hasta ahora su dulce voz me ha perseguido, tanto que solo tres horas después decido escribirle a Jeff. Se que irán a una fiesta y que tienen prohibido llevar celulares, pero él siempre se las ingenia para colar un aparatito de estos. Como somos compañeros en la escuela de bísquet no me cuesta encontrar su número en mis contactos. Cuando fui novio de Andrea ella me pasó el contacto de Josh ya que casi siempre él sabe donde está metida ella, pero de su hermano mayor entiendo que no tiene una buena opinión y casi no habla de él. Decido llamarlo, así será más rápido.

-Hey Jeff.

-Hola Manuel.

-¿Qué es de tu vida?

-Pues nada... este...

-Salón las Bermudas sobre la calle 14 con 17c campeón.

-¿Cómo lo has sabido?

-Irradias amor en todo.

-Jaja muy gracioso, gracias.

-Estaremos fuera en media hora.

-Conseguiré que tengáis tiempo a solas.

-Bro te debo un favor gigante.

-Oh no es nada.

-Solo... no le rompas el corazón otra vez.

-Lo siento por esa y te juro que no sucederá otra vez.

-Eso espero, te veo luego tortolo.

Me dirijo a la dirección indicada lo más rápido posible y al llegar confirmo que es ahí por el gran letrero que está en toda la entrada. Me asomo por uno de los grandes ventanales del salón, con cuidado de no ser visto por nadie y busco a Andrea entre la gente.

 La escena no es para nada de mi gusto y me hace tener una mezcla de ira y celos. Andy está bailando con un tipo que por lo que veo no le cae para nada bien y a mi menos. Parecen estar hablando cuando noto como él le pellizca el brazo y Andy hace una mueca de dolor. Como eso haya dejado marca lo mato.

Luego de un rato veo como los chicos se escabullen por la puerta trasera y los sigo manteniendo la distancia, veo que van a aquel pequeño parque que me trae tantos buenos recuerdos y me escondo en la cueva en la que solía jugar de pequeño los domingos. Le envíe un mensaje a Jeff avisándole y logré ver como Andy se dirigía hacia el lugar. Admito que me ilusione cuando entro a la pequeña caverna y se sentó frente a mí a unos pocos centímetros.

-Vaya sorpresa – dijo al fin con una voz tan dulce.

-Oye... - en serio necesito revisarle el brazo donde la pellizco ese idiota- sé que no debería, pero, ¿puedes dejarme ver tu brazo?

- ¿Eh?

-Lo acepto, te espié cuando bailabas con ese chico y vi cuando te pellizcó... em... necesito ver que no te hizo mucho daño.

-Ah ya, Anthony, yo lo moleste, él me cae mal y me fastidia que use apodos raros conmigo así que decidí jugar con fuego y me quemé - ella sonríe, es entre un puchero y una sonrisa dulce, se ve tan bonita en ese vestido, todo a ella le luce. Todo lo que usa solo adorna más lo bella que ya es. Mi semblante se suaviza con sus delicados gestos.

-Chica juguetona cuando aprenderás – le dije medio en broma medio en serio, verdaderamente quería saber si me iba a ir preso por matar a un tal Anthony- déjame ver Andy por favor - le pedí.

- A ti te encanta que sea juguetona no te engañes - me dijo intentando esquivar la hora de mostrarme su brazo. Sonreí un poco.

- Me gusta todo de ti - confesé - pero ahora mismo necesito ver tu brazo y asegurarme de que estas bien.

-Está bien... - ella extendió el brazo y me quede pasmado al ver el moretón que se formaba en el; tenía un color entre violeta y verde que resaltaba bastante más de lo necesario en su suave piel, pase mi pulgar sobre el moretón sintiéndome culpable por no haber estado ahí bailando con ella, en vez de ese tal Anthony. Si lo veía otra vez lo mataba, a una mujer no se le pellizca, mucho menos a una de la familia, y muchísimo menos a Andy. 

De repente llegó como un flashback a mi cabeza la vez que la abofetee en el baño de mujeres, no tenia derecho a golpear a Anthony si yo había hecho algo peor sin razón alguna. Besé el moretón y sin poder evitarlo una lagrima se me escapó.

-Lo siento - murmuré. Andy me miraba confundida.

-No fue tu culpa Manuel.

-Lo siento por no estar ahí contigo, y por haberte abofeteado antes - ella pareció recordar y sonrió medio triste.

-Pasado es pasado - susurró - vale más lo que estás haciendo ahora. -Sonreí, mi pequeña era demasiado noble.

-Gracias - murmuré -¿Dormiste bien anoche? - pregunté cambiando de tema.

-Si muy bien ¿tú no? – sus ojos brillaban con ilusión.

-Anoche dormí de maravilla a tu lado – Andy se sonrojó.

-Sinceramente pensé que me harías daño, Melody me hizo creer que querías la habitación con otras intenciones  – analicé sus palabras, ya sabía a que se refería.

-Nunca te haría algo que tu no quisieras princesa. - ella asintió y se quedo pensativa unos segundos.

-Hay algo que le falto a anoche para ser perfecto – me dijo sonriendo de nuevo.

- ¿Puedo saber que es ese algo? – esboce media sonrisa.

- ¡Esto! – sonrío y se abalanzó sobre mi dándome un gran abrazo, luego levanto su cabeza y sus enormes ojos se encontraron con los míos.

-Aww pero que lindura – dije molestándola mientras observaba como hacia un puchero, acaricié su mejilla y observe sus labios. No quería presionarla, pero me era inevitable recordar hace casi dos años cuando la tenía solo para mi y podía besarla siempre que quería.

-Hazlo, ya estoy lista – susurró más cerca de mi. Uní nuestros labios, un beso que sabía a correcto, a hogar y a felicidad. Ella me correspondió como solía hacerlo antes; entusiasmada y dejándose guiar por mi. Acaricie su espalda por encima de la tela del vestido. Separamos un momento para tomar aire y sus mejillas coloradas eran adornadas con una hermosa sonrisa de sus labios, me besó esta vez ella y estuvimos entre besándonos y hablando un rato hasta que tuvo que irse. Me besó de despedida y gruñí cuando se separó de mi.

¿Cómo vivo sin ella?

¿Cómo vivo sin ella?

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MariposaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora