Vampire Rivaux (Heartstopper AU) (COMPLETO)

Charlie.

Perdí la cuenta de cuanto tiempo llevo en esta bendita banca. ¿Habrá pasado más de una hora? Diablos, ¿Cuanto tiempo puede tomar elegir un vestido? Mierda, ya necesito irme de aquí.

Sin duda alguna, la peor parte de estas malditas relaciones arregladas por los padres, son los momentos en donde tienes que ir de compras con tu ridiculamente perfecta novia.
Alabado Drácula, ¿Qué hice para merecer este terrible castigo?

Mientras sufro en silencio, con las manos recargadas sobre mis muslos y la cabeza hacia atrás, esucho la voz de Tiffany acercandose, por fin, hacia a mi, bendito Drácula.
Bajo la mirada y me encuentro con sus ojos azules mirandome fijamente, con una sonrisa de oreja a oreja y en sus manos lleva, por lo menos, 6 bolsas de diferentes tiendas. Le sonrío de la manera menos fingida posible y tomo mi mochila para largarme de este estupido centro comercial de una vez por todas.
Cuando dejo a Tiffany en su casa, sus padres me saludan como si fuera lo mejor del universo y ella me planta un beso en la boca donde siento que se pudo haber llevado hasta mis pensamientos más profundos. Aún no entiendo como es que puedo corresponder ese tipo de acciones, debo tener super poderes o algo así.

Regreso a mi auto y enciendo la radio, ya que, ahora si, podré escuchar la música que me gusta y no las porquerías que Tiffany transmite desde su celular. Miro el reloj en la pantalla del auto y para mi sorpresa, veo que aún quedan 40 minutos del club de lecturas al que había decidido ir el día de hoy. Eso me saca una sonrisa genuina. He traido varios libros en la mochila, alguno debe ser de interés para las personas en el club, espero eligan alguno de mis titulos para poder conversar sobre él la siguiente semana.
Arranco el auto y comienzo a conducir, la música clásica suena fuerte, el aire acondicionado está perfecto, me dirijo al club de lectura...Ahhh...¡Esto sí es vida!
Me aparco solo unos minutos después, he llegado al club. Abro mi mochila, busco entre los libros que he traido y elijo uno al azar. "Orgullo y prejuicio" es el elegido esta tarde, me alegro y a la vez no, me imagino que todos en el club lo han leido ya, esperaba elegir uno más interesante, pero será para la proxima, no se vale cambiar una vez que he sacado el libro de la mochila.
Cierro la puerta del auto y activo las alarmas, me pongo los lentes oscuros y atravieso el estacionamiento hasta llegar a la puerta del club. Martha me recibe con un enorme abrazo, como siempre. La amo, es la mejor abuelita (aunque no sea mi abuelita) que existe en el mundo. Una vez dentro, me uno a la platica, hoy están charlando acerca de "Las mil y una noches" y de lo perturbadoras que son, para algunos, las narracciones sobre homosexualidad. Me da un poco de gracia, porque todos son abuelitos y abuelitas espantados por las relaciones entre personas del mismo género. Yo asiento y le doy la razón a todos, mientras me muerdo la lengua al pensar en mis relaciones pasadas. Estoy seguro de que a todos en este salón les daría un infarto si supieran la cantidad de veces que he besado a otro chico, pero esas cosas las reservo para otros sitios, estos viejitos no tienen porque enterarse de mis fechorias.
Disfruto cada minuto que paso aqui dentro, hablando solo de libros y bebiendo té con galletas. Si tuviera la oportunidad de interpretar alguna pieza musical en este mismo sitio, sería mi lugar favorito, sin duda alguna.

Salgo del club con una sonrisa de oreja a oreja, ahora sí me siento feliz, auqnue aún podría mejorar un poco más esta tarde de domingo. Subo de nuevo al auto, enciendo el aire acondicionado, el reproductor y me dirijo a mi parque favorito. Al llegar, aparco el auto en el estacionamiento, saco del maletero mi violin dentro de su funda y cierro todo muy bien antes de dirgirme al lago.
Este parque es lo más bonito del mundo, los atardeceres son una maravilla y si los observas desde la orilla del lago mientras escuhas algo de música o en mi caso, mientras la tocas, se convierte en un sueño hecho realidad.
Llegué justo a tiempo, tengo al menos 15 minutos para disfrutar la caida del sol, mientras interpreto una pieza de mi autoria en el violin. Me preparo, saco mi instrumento, me siento comodamente en el pasto y comienzo a tocar.
El sol cayendo lentamente parece hundirse en el horizonte del lago, eso es todo lo que necesito para inspirarme. No estoy siguiendo una partitura, estoy improvisando y me está gustando.
El suave sonido del volin me envuelve y mi vista se pierde en la puesta del sol, no sé si hay algo más maravilloso en esta vida.