Vampire Rivaux (Heartstopper AU) (COMPLETO)

Charlie & Sarah.

Escuché la campanilla de la puerta cuando alguien entró a la librería y como la persona menos ansiosa que soy, salí corriendo del pasillo que estaba ordenando solo para ver quién había entrado. Para mí buena o mala suerte, era Tao. Me acerqué rapidísimo a él.

- ¿Y? ¿Novedades? - pregunté.

- Hola, Charlie, ¿Cómo estás? Yo muy bien, gracias. - dijo rodando los ojos.

- Perdón, Tao, hola...¿Todo bien?

- Sí, sí, ya... - dijo y su semblante burlón cambió, se puso serio...otra vez - Nada, no he logrado localizarlo.

Asentí, le agradecí y me di la vuelta para seguir acomodando los libros en el pasillo 9. Él vino trás de mi.

- Charlie...No podías simplemente esperar que hiciera como que nada pasó y te esperara eternamente...

- Dijo que esperaría por mi. - recordé.

- Pero no en estas condiciones...Mira, sé que te frustra no poder decirle que estás...uhmm, bueno, que...ya sabes, lo entiendo, en serio, pero necesitas avanzar. Sarah te necesita, concéntrate en ella.

- Ya - suspiré... - Gracias, Tao. Avísame si llegas a saber algo. - dije y me metí a la bodega, cerrando la puerta en su cara.

"Sarah te necesita" como si no lo supiera.
La verdad es que ella es quien me mantiene cuerdo, si no estuviese, probablemente yo habría enloquecido.
Suspiré profundamente y saqué la caja de libros que debía acomodar. Mi turno terminaba en una hora, así que pronto podría volver a casa y me sentiría más tranquilo, al menos hasta que la mitad de la noche me empezara a asfixiar.

- Maaaa, ya llegué. - grité desde que abrí la puerta.

- Shhhhh, Charlie. - me recriminó - Está dormida, no grites.

- Oh, lo siento. Lo siento - dije en un susurro.

Me acerqué al sofá y ahí estaba. Mi corazón se calentó en un instante y una sonrisa se dibujó en mi cara.
Era perfecta y siendo muy honesto, se parecía más a mi que a Tiff, salvo porque había heredado su cabello rubio extra claro. Pero tenía mis ojos, mi tono de piel, la forma de mi boca y claro, mis hoyuelos. Era una mini copia mia, pero en bebecita. Me acerqué a darle un besito en la frente y acaricié sus rizos rubios y apretados.
Cumpliría un año de edad en solo dos meses en un par de semanas. El tiempo se había ido volando.

- ¿Se portó bien? - le pregunté a mamá mientras íbamos a la cocina.

- Claro, como siempre, ya sabes, es súper tranquila, mi pequeña. - dijo con una sonrisa.

Me acerqué a mamá y le di un beso en la frente también.

- Gracias por ayudarme, mamá. No sé que habría hecho sin ti. - me sinceré.

- Oh, amor mío, ¡Lo habrías hecho excelente, tal y como lo haces ahora! - me abrazó y un sentimiento de amor recorrió mi cuerpo.

La verdad es que estoy seguro de que no lo habría hecho del todo bien si mi madre no me hubiera apoyado desde el día en que salimos del hospital.

Me serví algo de cenar y me senté en el sofá, a un lado de mi niña, mientras veía algo al azar en la TV.
Después de un rato, comenzó a moverse, estaba despertando, justo cuando yo ya quería irme a dormir. Siempre me hacía lo mismo, pero no podía enojarme con ella, era solo una pequeñita. La tomé en brazos y vi como abría sus ojos lentamente, clavando sus enormes iris azules en los míos, como si fueran un reflejo.

- Hola amor - le susurré y pude ver cómo sonreía al reconocer mi voz - ¿Extrañaste a papá? Yo te extrañé, mucho, mucho te extrañé.

La verdad es que apenas podía reconocer el tono de mi voz cuando le hablaba a ella, es que se vovlía tan infantil y tan ridícula que, de verdad, daba vergüenza. Aunque, realmente, no me importaba, porque cada que ella escuchaba mi voz, sonreía. ¿Había algo mejor que la sonrisa más sincera y amorosa del mundo? Claro que no...pero si se me ocurren un par de cosas que podrían mejorar estas noches. Más que cosas...se me ocurre una persona que podría mejorar mis noches, nuestras noches.