Vampire Rivaux (Heartstopper AU) (COMPLETO)

Nick & Charlie VII

NICK

Despertar y que lo primero que veas es el rostro tranquilo de la persona de quién estás enamorado, debe considerarse uno de los mayores placeres de la vida.
Y es que verle ahí, a mi lado, con su cabello revuelto, sus mejillas sonrojadas, sus labios rosados entreabiertos, sus preciosas pestañas rizadas acariciando sus pómulos y, por encima de todo, aferrado a mi cintura como si no quisiera dejarme ir...¡Es simplemente espectacular!

La noche anterior hemos terminado exhaustos. La temperatura en el sofá siguió subiendo hasta que termine de rodillas devorando su magnífica erección, mientras me ayudaba a mi mismo a darle atención a la mía.
Nos hemos duchado, una vez más y nos hemos metido a la cama, disfrutando del calor corporal que nos ofrecemos mutuamente. Nos hemos quedado dormidos quien sabe cuándo, mientras acordamos los planes para hoy.
Ha sido, sin duda, el mejor sábado de toda mi vida.
Ahora me encuentro aquí, con la duda de si debería despertarlo ya o si es mejor idea observarlo un rato más mientras él duerme, luciendo completamente adorable.

Claramente, he optado por la segunda opción.
Me quedo ahí, en silencio, solo memorizando cada detalle que tengo a la vista. Sus rizos oscuros, sus cejas pobladas, sus pestañas rizadas. Los hoyuelos que se le notan incluso estando así de relajado. Su diminuta nariz en forma de puntita. Sus labios carnosos, aterciopelados. Su cuello delgado y suave. Sus excitantes clavículas y la curvatura de sus hombros perfectamente esculpidos.
Tomé muchas fotografías mentales, de cada una de las zonas que había observado, deseando poder conservarlos en la memoria hasta el fin de mis días, si es que este llegaba, pero no fue suficiente. Estiré mi brazo, sin moverme demasiado, en busca de mi celular sobre la mesa de noche, al encontrarlo, abrí directamente la cámara y apunté hacia él...me detuve antes de presionar el botón rojo.
¿Esto estaría bien para él? ¿Podría molestarle? No consideré que no tenía su autorización para realizarle fotos y entonces, no se sentía tan bien como lo pensé. Sostuve el móvil en el aire, pensando en si debía o no sacar esa foto.

- Tómala - susurró sin abrir los ojos, sin moverse - Puedes tomar todas las que quieras, siempre.

Me sentí extremadamente avergonzado, atrapado en el acto. Sé que me sonrojé, pero no iba a desperdiciar la oportunidad de guardar un recuerdo de este fin de semana.
Sonreí y presioné el botón varias veces, antes de que su posición actual cambiase. Lo repetí mientras se estiraba y mientras me miraba con la cabeza ladeada, sonriendo.

- ¿Y? ¿Salí bien? - dijo cuando dejé mi móvil de nuevo sobre la mesita de noche y regresé a mi posición original.

- Eres hermoso, saliste hermoso. - acaricié su cabello - Gracias, las atesoraré toda la vida.

- Exagerado - respondió tallandose los ojos, con una sonrisa tímida.

Suelto una risa torpe y pienso que debe ser ciego si no logra verse como yo le veo, hermoso y perfecto.
Acto seguido lo atraigo a mi cuerpo para darle un cálido abrazo matutino. Su brazo rodea mi cintura y su cabeza se apoya en mi pecho.
Pasamos así los siguientes cinco minutos, hasta que creo que es necesario levantarnos de la cama e ir a comer algo a la sala. Le doy mi playera, no la que le dí la noche anterior, si no con la que he dormido, porque esa es la que quiere y nos vamos directo a atacar el frigobar.

Después de tomar el desayuno con una muy amena plática, consideramos seriamente si sería buena idea hacer las tareas que han quedado pendientes y que debemos entregar mañana en clases.
Logro convencerlo a regañadientes a cambio de que, al terminar las tareas, toquemos algo juntos en la sala de instrumentos. Es ganar-ganar.

Mientras estamos los dos tirados en el suelo entre el sofá y la mesa de centro, logro apreciar que su mirada se posa sobre mi en varias ocasiones, luego se gira y sonríe para el mismo, sin saber que lo he notado. Eso me hace sonreír a mi.