Capítulo |17

13 6 3
                                    

Ocean eyes
~Chloe~

Creo que debí haber sospechado que todo estaba relativamente tranquilo, que mi felicidad era efímera y que tarde o temprano el dolor volvería a surgir, creo que lo subestimé demasiado, a tal punto en el que este volvió cual volcán haciendo erupción.

Tenía miedo, más miedo del que pudiera admitir, al verme reflejada en esos ojos azules, del color del océano. La volví a ver y en la también pude encontrar el reflejo del dolor y el miedo, no es justo que cuando todo empezaba a marchar de colores volvieran a arrancarme ese atisbo para pintarme gris nuevamente.

Era ella, Lauren Gastrell mi abuela materna. No tenía idea que ese llamado nocturno hacía nuestra puerta sería para revelarme fantasmas de mi pasado.

—Roxanne —pronunció con su peculiar acento inglés. Ella vivía en Liverpool, junto a él abuelo Nicholas, por eso es que no esperaba encontrarme esos ojos azules intensos cuales olas colisionando unas contra otras.

Había una inquietud y turbulencia que me advertían el peligro que se avecinaba.

—Abuela —respondí por fin, tragándome el rastro amargo que me quedó tras pronunciar una sola palabra—. ¿Gustas pasar? —dije mientras me hacia a un lado.

Ella estaba escaneando todo el lugar intentando no soltar un comentario mordaz. Danesse no le agradaba, nunca le agrado que alguien tan joven se hiciera cargo de mi, pero lo cierto es que ellos tampoco me habían visto en años y... ni siquiera fueron capaces de asistir al funeral de su propia hija. Una a la que ellos declararon como muerta hace años.

No tenían corazón ni razón alguna para estar aquí, o al menos ella. Sabía por lo que venía, lo supe todo este tiempo pero nunca lo quise aceptar, porque yo no lo pedí nunca.

—Chloe ya está lista la cena —pronunció Danesse al mismo tiempo que su voz se apagaba y caía en una mueca de estupefacción. Ella tampoco lo podía creer—. Señora Gastrell —se obligó a decir mientras se quitaba el delantal de perritos.

—Señorita Stone —musitó tan despectiva, ella odiaba a toda la familia de mi padre, a veces pensaba que también me incluía. Hasta que un día me demostró que no era así pero el rencor hacia ella era más grande y latente que nunca—. ¿Tendría un momento para hablar a solas?

No me quería ahí adentro y yo tampoco me podía quedar en el mismo espacio. Sentía que las paredes se hacían pequeñas con ella ahí adentro, así que tome mi chamarra y salí corriendo tan rápido como mis piernas me lo permitían. Sabía lo que iba a escuchar después y no lo quería escuchar, solo necesitaba desaparecer y encontrar una solución rápida.

No sé cuánto tiempo corrí pero llegue a un puente a los extremos del pueblo, respiraba agitadamente y mis intentos por calmar mi respiración no funcionaban. Eso solo podía significar algo, era algo que me asustaba, tener un ataque de pánico. Solo había tenido uno en toda mi vida y había sido con Danesse a mi lado, justo después del entierro de mi padre y Cal, ese día sentí como el aire se desprendía de mi cuerpo y una presión se instalaba en mi pecho. Nunca supe cómo controlarlo y ni siquiera en este instante se como.

Mi pequeño mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora