Hermoso día soleado, fresca y saldada brisa. Un aro adornador de flores, sillas blancas a cada lado de un camino con alfombra roja y pétalos blancos. Habrían campanas sonando pero era una boda a la orilla de la playa. O al menos lo seria por un momento, mientras hicieran sus votos matrimoniales.
Sara estaba... ¿muerta de miedo? Es decir, estaba segura de su decisión, pero estaba muy nerviosa. Pensar que al salir todos sus invitados la mirarían le ponían los pelos de punta. No había muchas personas solo sus tíos, empleados y los familiares y amigos de Bin. Aun así se sentía expuesta cuando todavía no había cruzado por el camino de pétalos blancos.
La castaña se miraba al espejo. Pocas eran la veces en la que se arreglaba, solo cuando había un evento o salía con Bin, pero ella prefería pasar tiempo con él en casa o en el trabajo.
Miro sus zapatillas plateadas que hacían lucir sus pies blanquecinos, miro su cintura, su escote, su velo y por último el maquillaje en su rostro. Tomó su ramo y lo dejo sobre su estómago volviendo a mirarse al espejo. No podría creer que esto iba a pasar ¡Que estaba pasando! Iba a casarse con un idol que el mundo creía muerto. Y no era cualquiera, era de su grupo favorito. Jamás habría imaginado algo así un año y medio atrás.
La puerta sonó un par de veces, sacando a Sara de sus pensamientos.
—Pase — dijo
El señor Moon se dejo ver en cuanto la puerta fue abierta y sonrió para la castaña.
—Ya es tiempo. — dijo el señor Moon cuando entro por completo a la habitación
—Si — suspiró la castaña, dándose una ultima mirada en el espejo
El señor Moon le extendió su brazo y esta lo tomó para caminar a su lado. El mayor soltó una pequeña risita cuando sintió el brazo de su futura nuera. Estaba temblando.
—¿Nerviosa?
—¿Se me nota?
—Más bien puedo sentirlo. Tu brazo tiembla mucho
—¿Cómo se sintió usted el día de su boda? — pregunto intentado distraerse
—Mmh... — musito haciendo un gesto de pensar, mientras ambos caminaban — Aún lo recuerdo perfectamente. Ese día se me hizo eterno
—¿Eterno?
—Si. Estaba de pie junto al altar con todos los invitados. Tenía miedo de que mi esposa se arrepintiera y todos los presentes se rieran de mi. Pero toda inseguridad desapareció cuando la vi con su vestido de novia y me llene de confianza cuando me miro a los ojos del otro lado de pasillo. Lo que puedo sugerirte es que no mires a nadie más que a Bin y yo estaré a tu lado en todo momento como lo hemos practicado ¿si? — preguntó y Sara se limitó a asentir
Cuando se dio cuenta ya estaban frente a la alfombra roja. Aquella que conducía al altar. Ni siquiera se dio cuenta en que momento comenzó a sonar la música de fondo o los murmullos de los gente. Comenzó a temblar viendo a todos los invitados, su expresión denotaba que estaba asustada miraba a todos hasta que su mirada se encontró con Bin y todo inseguridad desapareció.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.