Capítulo 93: La posada

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Las caricias de César me erizaban la piel, y es que después de tanto tiempo sin sentir sus manos sobre mi cuerpo, había extrañado esa sensación, sentir placer, amor, y deseo por una misma persona. Entre besos y caricias hicimos el amor, empezando en la regadera y ambos terminando en la cama, llegando al climax al mismo tiempo y mirandonos a los ojos.

-quiero que nunca dudes de lo hermosa que eres- me dijo pasando mi cabello detrás de mis orejas, yo me encontraba sentada en sus piernas, mirándonos de frente y desnudos -eres hermosa y perfecta por el hecho de ser tú- acarició mi mejilla

-cuando me miras me siento la mujer más hermosa del mundo- dije con una sonrisa

-porque lo eres- sonrió y posó un beso en mis labios

-vamos a vestirnos porque ya no deben tardar tus hermanos- dije y el asintió

Me puse de pie y tome mi ropa interior, la coloque y sobre ella una pijama, misma acción que realizó César.
Al poco rato los plebes llegaron con algo de cenar, procedimos a comer y después nos fuimos a dormir.

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Estaba por terminar mi hora de trabajo, los plebes se habían quedado en mi departamento y al salir de mi trabajo yo iría rápido a bañarme, arreglarme e irnos a la posada que Juanpa había organizado.

-tn- escuché una voz femenina y al girar me encontré con Karime

-hola Kari- la saludé con un beso en la mejilla

-oye lamento lo que pasó ayer- dijo apenada -no pensé que Jawy se pondría así-

-no es tu culpa- sonreí -ninguno de nosotros sabíamos que nos encontraríamos ahí-

-pues no pero tampoco era para que se pusiera de altanero con tu novio- hizo una mueca

-no pasa nada- dije tranquila

-vas a ir a la posada de Juanpa?- me preguntó

-si, tu también?- pregunté y ella asintió -va a ir él?- pregunté preocupada

-supuestamente me dijo que no- suspiró -pero yo creo que si va a ir- se miraba preocupada -no quiero que vaya a pasar nada-

-tranquila- dentro de mi estaba muriendo de nervios

-voy a tratar de mantenerlo alejado de ustedes- dijo tomando mi mano -sabes que yo te quiero mucho y pues aunque no lo creas si me enojé con él cuando supe lo que te hizo-

-ya es cosa del pasado- sonreí

-me da gusto que hayas encontrado alguien que realmente te valore- su mirada reflejaba sinceridad

Después de un rato más regresé al departamento, preferí no comentarle nada a César, quizá Jawy se arrepienta de ir y bueno, Juanpa no creo que deje que Jawy se atreva a hacer algo.
Nos alistamos y pedimos un Uber que nos llevó hasta casa de Juanpa, todo estaba arreglado con temática navideña, algo que caracteriza a mi amigo es que le encantan éstas fechas y disfruta con sus seres queridos.

-que bueno que llegaron- dijo el rubio recibiendonos, todos lo saludamos con una sonrisa -pasen, ahí hay comida, bebida, sírvanse lo que quieran-

-gracias- dijimos los cuatro al unísono

Habían mesas tipo lounge, tomamos algunas bebidas y nos sentamos a platicar mientras la gente iba llegando, la música estaba algo fuerte lo cual hacía que los cuatro tuviéramos que elevar la voz para escucharnos, en todo momento César me abrazaba por la cintura posando su mano en mi muslo, lo cual me daba tranquilidad y algo de calidez, ya que hacía bastante frío.
Así como fueron llegando algunos conocidos, se los fui presentando a los plebes, que siempre tenían una sonrisa para todos, después llegó mi hermano y Samadhi, quienes se integraron a la plática con nosotros, y Cristhian se miraba muy feliz de volver a ver a mi amiga.
La música para bailar comenzó, la gente se paraba a bailar y cuando era musica de banda yo bailaba con Carlos o César, y Samadhi no soltaba a Cristhian, lo cual nos daba algo de risa a los tres.

-me permites bailar con ella?- preguntó Brandon llegando a mi lado y mirando a César, era una canción de cumbia

-adelante- dijo mi novio muy seguro de él, posé un beso en sus labios y él sonrió

Me puse de pie y comencé a bailar con mi amigo, reía de cada ocurrencia que me decía y él reía de mis comentarios.

-te ves muy feliz- me dijo de repente -sin duda él te da un brillo especial-

-de cierta forma te lo debo a ti- sonreí -si tu no hubieras escuchado a esa tipa y la hubieras enfrentado, yo creo que no estaríamos aquí-

-yo creo que si- sonrió y yo mire confundida -se notaba que él no se daría por vencido y tú lo quieres tanto cómo él a ti, quizá aunque no hubiéramos descubierto aquella mentira, ustedes se hubieran dado una oportunidad-

-tal vez- sonreí y mire a César, quien me observaba atentamente con el vaso de alcohol en su mano

-lo traes loco- me dijo una vez que se terminó la canción y yo solo lo miré sonriendo

Caminé de regreso a mi lugar, César me recibió con un beso y me senté a su lado.

-puedo decirte algo?- me preguntó y yo asenti, se acercó a mi oído -cuando bailas ese tipo de música te mueves muy bien- mi piel se erizó -ahora veo porque me encanta cuando me haces el amor- su tono sensual de decirme las cosas hicieron que me sonrojara

-si quieres te puedo enseñar a bailar- dije mirándolo

-estas queriendo decir que no me muevo bien?- preguntó fingiendo asombro, ambos hablábamos cerca para que nadie más nos pudiera escuchar

-te mueves riquísimo- dije en su oído, sentí como me apretó hacia él por la cintura

-pero si tú eres la maestra yo quiero ser tu único alumno- me dijo sensual y posó un beso en mi cuello el cual me hizo estremecer

-calmados cabrones- dijo Carlos lanzando una servilleta a nosotros -hay mucho público aquí- dijo entre risas, yo me sonroje y César lo miró mal -ademas comen pan en frente de los pobres- dijo haciendo un puchero, sabía que extrañaba mucho a Lillian

-pero no todos son pobres- dijo Jared mientras miraba a Samadhi y a Cristhian quienes platicaban muy juntitos, todos reímos y los dejamos seguir platicando

-gatita- llegó Juanpa a mi lado -te juro que yo no lo invite- dijo preocupado

-si vino?- pregunté mirando alrededor

-si- suspiró -y vino con ella- sabía que se refería a Manelik

-no me importa- dije tranquila -solo que no se acerque a nosotros-

-yo me encargo de eso- dijo mi amigo y se puso de pie

-Alejandro?- preguntó César y yo asenti -amor te juro que no quiero llegar a los golpes con él pero si se atreve a volverte a decir algo no me voy a detener- se miraba el enojo en sus ojos

-tranquilo amor- dije acariciando su mejilla -estamos aquí para pasarla bien si?- él asintió, la canción que habíamos bailado en la fiesta de Lunita comenzó a sonar -ven- lo tome de la mano -vamos a bailar-

Él se puso de pie y yo detrás de él, caminamos hasta la pista de baile, me tomó por la cintura con ambas manos, una abrazándome y otra solo recargada en mi regaso, una de mis manos la coloque en su hombro y la otra en su nuca mientras nuestros cuerpos chocaban y nuestros rostros se unían, bailabamos al compás de la música, disfrutába del momento, sus brazos, sus caricias, su aroma.

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