Rencor

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Narra Andy 

Tenia la sensación de haberme sacado una mochila de encima. Desperté fresca y liviana, lo cual agradecía y me venia de perilla toda vez que era yo la encargada de dar la única charla del día sobre pueblos indígenas. La charla se daría en dos bloques de 40 minutos cada uno, para posteriormente trasladarnos a una localidad que se encontraba a dos horas de donde nos encontrábamos que había sido golpeada por una gran inundación. Nuestra misión como voluntarios era levantar un catastro de daños y perdidas de vidas humanas, de esta manera, el gobierno colombiano y distintas ONG podrían canalizar su ayuda. De todas formas, ¿todos de acuerdo en que es una obligación del estado, verdad?

Así que me levante rauda, me bañe con agua fría para terminar de despertar y darme energía para luego vestirme (o disfrazarme de abogada como me gusta decir). Estaba por secarme el pelo cuando siento sonar mi teléfono. Era una llamada de Villa.

Andy: ¡hola Villa! -dije alegre-

Villa: hola A-MOR -dijo molestando-

Andy: hola Villa -repetí para hacerlo enojar-

Villa: eres imposible Andrea -dijo resignado-

Andy: ya viene el drama, le salió toda la vena colombiana -reí- ¿Cómo estas?

Villa: bien preciosa, ¿Cómo estas tu? ¿estas nerviosa?

Andy: un poco -admití- sabes que no es mi fuerte pueblos indígenas, trabajo con NNA (niños, niñas y adolescentes), pero ahora estoy arreglándome para bajar y asegurarme de que todo funcione bien, ya sabes, proyectores, audio, todo

Villa: ¡eso! Mi chilena controladora -dijo riendo-

Andy: ¡oye! ¡nada que ver! Quiero que salga bien para ustedes, mis estudiantes

Villa: está bien, está bien -rio- ¿desayunamos juntos?

Andy: no creo que me de tiempo, pero te aviso cualquier cosa

Villa: ok, te veo en un rato profesora

Andy: nos vemos -me despedí-

___o___

El auditorio estaba lleno. Las luces en el escenario, listas. El micrófono anclado a mi blusa, listo. Voz en off que anunciaba mi entrada, listo. Y me largué a caminar sobre el escenario hasta llegar al centro de el con mi mejor sonrisa fingiendo que estaba feliz y calmada. Here-we-go.

La primera parte de la charla se trató sobre la necesidad de darle visibilidad a los pueblos indígenas y la validación de su propia cultura mientras que la segunda parte fue un poco mas compleja para quienes no saben nada de derecho y era sobre, como el otro lado de la moneda, era el tener que limitar o supeditar sus mecanismos de resolución de conflictos propios a la normativa legal y el ordenamiento jurídico (en nuestro caso, Chile y Colombia, civil law).

Entre toda la cantidad de información que tenia que entregar y que sentía que les vomitaba encima, habían momentos en que lograba disociarme un poco y buscar a Villa entre la multitud cosa que no logré porque lo que el publico no sabe, es que no se ve nada hacia ellos por tanta luz y reflectores que te dejan básicamente ciega, entonces se siente y se ve como hablarle a nadie, cosa que se agradece cuando se está nerviosa.

Después de un buen tiempo habíamos terminado la jornada y estábamos todos en camino al pueblo azotado por la inundación. Entre toda la batahola de cosas sucediendo, no tuve chance ni de verle la punta de la nariz a Juan, así que por teléfono, habíamos acordado de buscarnos cuando llegaremos a la localidad.

Después de horas de viaje, llegamos.

Efectivamente estaba la media escoba (chilenismo) y era tanto el daño, que hasta hacer solo un catastro se veía que seria una tarea titánica, así que para optimizar recursos humanos, nos dividimos en cuadrillas. Ese fue el momento que encontramos con Villa para juntarnos ya que yo era la que lideraba junto con Anto la misión.

Pero él no me miróDonde viven las historias. Descúbrelo ahora