Dos horas y un minuto

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Sigue narrando Villa

Andy: y aquí esta- dijo Andy acercándome un vaso con gotitas de remedio diluidas-

Villa: ¡puaj!- reclamé cuando me lo termine-

Andy: ¿no puedes quejarte por todo o si?- dijo mientras devolvía el vaso a la pequeña cocina que teniamos-

Villa: si puedo y estaba malísimo- reclamó-

Andy: ¿como te hizo respirar un poco de aire fresco?- me preguntó mientras me miraba con esas pestañas largas que parecían alas de mariposa. Era tan, tan linda-

Villa: estuvo increíble, me hizo bien, estoy cansado si, me siento un poco fatigado- dije-

Andy: ¿en serio? ¿Quieres acostarte? ¿Necesitas algo?- dijo apurada-

Villa: Andy- dije tomandola de los hombros- estoy bien, solo necesito descansar- dije sonriéndole. Ella me devolvió la sonrisa-

Andy: está bien, perdon- dijo excusandose- iré a ponerme el pijama- dijo soltandose de mi agarre-

Después de un rato, de lavarse los dientes y toda esa rutina, aparece Andy lista para acostarse. Yo la miro y a pesar de que no lleva una gota de maquillaje, su piel es luminosa, como ella. Sus pestañas siguen pareciendo aleteos de mariposa y ella es segura y radiante, no se esconde, no se siente avergonzada, se siente tranquila y confiada. Eso me enloquece.

Villa: ¿lista para dormir?- le pregunte-

Andy: listísima, de verdad estoy agotada y eso que salimos un rato corto- dijo mientras se acomodaba- 

Villa: tienes que descansar porque mañana el plan es Frutillar y manejas tu

Andy: tu también puedes manejar Villa, tienes licencia in-ter-na-cional- dijo burlándose-

Villa: peeeeero, usted es la chilena y sabe manejar aquí- dije burlon-

Andy: peeeeero, eres tu quien conoce todas las carreteras del mundo- se burló mas-

Villa: peeeeeeero, yo soy el enfermo- dije riendo-

Andy: bien. Ganaste- dijo haciéndose la molesta-

Villa: no se enoje, por supuesto que estoy dispuesto a manejar con usted- dije y sonrió- Me iré a cambiar, ya vuelvo- ella asintió con la cabeza- 

No pasaron ni 20 minutos y cuando volví, Andy ya estaba dormida y enterrada en la cama. Con suerte se le veía una parte de la cabeza, entendible, ya que era una noche especialmente fría y a pesar de tener calefacción, por andar caminando por la ciudad no la habíamos prendido y la pieza se sentía como un cubo de hielo.

Me acoste con cuidado para no despertarla y me acomodé en mi lado de la cama sin tocarla para no hacerla sentir incomoda. En eso, me dormí.

Andy: Villa, tengo frio- me despertó una voz suave y somnolienta-

Villa: ¿mmm?- dije dormido-

Andy: hace mucho frio- dijo entre dormida-

Aun muy somnoliento y sin tener mucha conciencia de lo que hacía atendí el pedido de Andy y la atraje a mi. Nos acomodamos y dormimos abrazados para entrar un poco en calor y asi, la noche fue avanzando.

Sonó la alarma temprano porque un viaje nos esperaba a los 4 y queríamos aprovechar bien el tiempo. Me moví soltando a Andy para apagar la alarma de mi teléfono que seria la encargada de despertarnos a los dos.

Pero él no me miróDonde viven las historias. Descúbrelo ahora