La Morat

61 3 0
                                    

Narra Andy

Íbamos en el auto de Villa camino a su casa después de pasar dos agradables días con sus padres. Ambos estábamos felices y aliviados de que todo saliera mejor de lo que esperábamos y pensábamos y justamente eso nos fuimos hablando todo el camino de regreso. 

El asunto era si, que no nos devolvíamos para descansar, sino que regresábamos con Villa para hacer recambio de ropa y pasar dos noches en la finca, La Morat, para celebrar nuestro compromiso (idea de mis oficialmente suegros). Ellos se habían ido temprano en la mañana, justo después de desayunar, para preparar algo especial para nosotros, mientras que Juan y yo llegaríamos un par de horas después. 

Suponía que mas familia de Villa estaría ahí, pero realmente no nos habían dicho nada. Mientras Villa conducía, yo llamé a Pedro para ver si teníamos noticias de esta fundación fantasma a la que esperábamos, pero nada. Le conté los planes que tenia y el y Anto solo se limitaron a decir que disfrutara y que cualquier eventualidad me la harían saber.

Llegamos al departamento, dejamos la ropa sucia a un costado y nos tiramos en la cama a descansar un ratito. Estábamos agotados, pero la fiesta seguía.

Andy: ¿a cuánto estamos de La Morat? -pregunte para calcular si podría dormir algo que fuera-

Villa: a un par de horas -respondió mientras acomodaba los cojines-

Andy: ¿vas a dormir? -inquirí curiosamente-

Villa: sí amor, ¿por?

Andy: solo para saber si alcanzo a tomar una siesta -dije repitiendo el acto de acomodar la cama-

Villa: tenemos tiempo amor, descansa -dijo sin preocuparse acomodándose a mi lado-

Al final, después de varias horas, ya nos encontrábamos en camino a la finca.

A "Las oficiales" las había mantenido al tanto de todo lo que estaba pasando y sentía su alegría por nosotros y buenos deseos, así que habíamos quedado en que, después de llegar de la finca, nos juntaríamos las cuatro para contar con mas detalle todo lo sucedido. 

Lo mismo había hecho con los "The Suits", así que también habíamos quedado en que, apenas llegara, vendría actualización de todo. 

Sin embargo, era muy extraño estar contándole a mis amigos de mi compromiso y que mis padres no estuvieran. Me sentía como traidora y mala hija a pesar de que con Juan les habíamos hecho una videollamada para contarles. Mi papá casi se murió, sobre todo porque, como es profesor, no tiene la libertad de llegar y tomar un vuelo a Colombia. Mi mamá solo quiere que vuelva para contarle todo con detalle. 

Por video conocieron a Villa y el consenso es que es bastante guapo, pero querían verlo presencialmente y analizar como era (es) como ser humano (y como me trata). 

Pero había resuelto que lo primero que haría en suelo chileno seria invitarlos a comer para contarles no todo, porque una parte de mi estaba cansada de repetir una parte de la historia que causó mucho dolor, así que me limitaría al compromiso y los años en que nos conocemos con Juan y a penas el tuviera un espacio en su agenda, iría a Santiago de inmediato. 

El viaje se me hizo cortísimo entre karaokes, conversaciones y risas, así que en un abrir y cerrar de ojos ya estábamos en la famosa finca.

Andy: ¿cariño, estas seguro de que tus padres están aquí? -pregunte al ver que toda la casona estaba oscura y aparentemente sin moradores-

Villa: supongo que sí. La reja estaba abierta y su auto esta estacionado -respondió mirando a su alrededor- Ven amor, entremos, luego sacamos las cosas -menciono tomando mi mano para dirigirme hacia el interior- Que extraño -dijo confundido- realmente parece que no hay nadie

Pero él no me miróDonde viven las historias. Descúbrelo ahora