Primer civil: Chile

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*Cuatro meses después*

Narra Andy

Villa: ¿puedo ver su vestido por fis? -me rogó como bebe-

Andy: lo verás mañana amor, deja de insistir, duérmete por favor

Villa: amor es que no puedo, ¿no está nerviosa?

Andy: me pone mas nerviosa no poder dormir y levantarme con tremendas ojeras amor, por favor, cállese -le rogué-

Juan había llegado hace dos días a Santiago y mañana nos casaríamos por el civil aquí en Chile.

 Todos mis tramites en Colombia avanzaban y teníamos fecha para el 12 de marzo del año siguiente. Habían viajado sus padres, su hermana y los Morat con sus novias. Era un grupo super acotado porque en realidad, quien no pudiera venir a Chile, podría ir al civil colombiano o al religioso que seria casi un año después de este, es decir, tenían tres opciones de acompañarnos, excepto nuestros padres por supuesto, que tenían que estar en los tres.

 Teníamos muchas ganas de recibir a sus padres en mi departamento el cual se convertiría en nuestra casa chilena, pero ellos se negaron ante la excusa de querer darnos espacio y privacidad, así que mis padres los hospedaron en la suya. Los Morat y la hermana de Juan con el cuñado, en hotel. Por mi lado, Fran y su pareja, Pedro con Antonia y Lore estaban conmigo.

A las 11:30 horas teníamos que estar en una bella parcela que habíamos conseguido. 

Fran, mi mejor amiga, era la encargada de ir a buscar a la oficial del Registro Civil que nos casaría para llevarla al lugar, los chicos habían contratado una van, mis padres se llevarían a sus consuegros y nosotros decidimos llegar juntos. Siendo las 07:30 hrs. suena mi alarma.

Santiago, Chile, 09 de diciembre

Villa: AMOR, AMOR, ¡NOS CASAMOS! -gritó entre adormilado y asustado por el sonido del despertador-

Andy: ¡JUAN PABLO ES HOY! -grite sentándome en la cama- No puede ser, ¡qué locura! ¡qué nervios! ¡ay no quiero! -dije tapándome el rostro con las sabanas-

Villa: ¿¡cómo que no quiere?! ¡Andrea me vas a matar! ¿¡En serio no quieres?! ¿te arrepentiste? -preguntaba preocupado-

Andy: no amor, obvio que no, solo estoy nerviosa - lo tranquilicé y me levante para dirigirme al baño-

Comenzó el ritual. Mientras Villa seguía acostado un tiempo mas contestando llamadas y mensajes, yo estaba bañándome, echándome cremas y preparando mi piel para la llegada de la maquillista quien no solo tenia por misión arreglar mi nervioso rostro, sino también, mi nervioso pelo. Juan se arreglaría en el cuarto de invitados y yo en mi pieza, que en breve, seria nuestra habitación.

Josefina, la maquilladora, había terminado su trabajo y me había dejado naturalmente impecable: una piel de aspecto juvenil y jugoso y un pelo largo ondeado más definido de lo que lo tenía normalmente. Para terminar, mi vestido, nuevamente de corte A (mi favorito) hasta media pantorrilla, sin mangas de encaje blanco con fondo color piel. Juan golpeaba y golpeaba la puerta de la habitación ansioso por irse y por verme. Así que una vez lista, abrí.

Villa: es increíble que cada vez que puede me deja sin palabras - decía sin dejar de mirarme de pies a cabeza una y otra vez- te ves preciosa mi amor, se lo juro, preciosa

Andy: mi amor -me acerque tierna acunando su rostro entre mis manos- te ves demasiado mino (guapo) -en eso me acerco a el y nos besamos. Al principio fue un beso lento y cargado de cariño, pero luego, muy luego, paso de tierno a acalorado. Villa paso sus manos desde mi cintura a mi trasero apretándome hacia él y si no parábamos, el asunto se iba a descontrolar, como siempre- Amor, amor -lo llamé separándome de el-

Pero él no me miróDonde viven las historias. Descúbrelo ahora