¿Quien es la culpable?

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Ella estaría en la ciudad algunos meses, el proyecto era largo, fue lo que me dijo Hugo y mi plan fue no dejar de nuevo ir a los niños con su tío; me dedique por completo a ellos para que no tuvieran que ir.

Me cuestionaron mucho el ir a verla al estudio, hablar con ella, me recomendaron cientos de cosas; "llévalos contigo", "lo va a entender", "si te amo de verdad, va a estar para ti", "te necesita", "tú la necesitas".

Mis respuestas a todo eran claras.

No, no y NO.

Por supuesto que la necesitaba pero ahora que tenía la oportunidad de ir con ella, me puse a pensar en todo lo que había pasado, yo si la busque, ¿y ella?.

Al menos le importe?

Mi mente siempre tenía un momento para sobre pensar y siempre había algún motivo para hacerlo.
El que más insistió en que fuera a verla fue Hugo, me aterraba pensar que se adelantara y le dijera algo; confiaba en el, no haría nada que me afectara pero según el; hablar era bueno.

Pasaron 4 meses, los mismos que me había mencionado cuando supimos de Jenna; el proyecto había terminado y en ningún momento tuvimos interacción.

Estaba más que feliz, podía seguir con normalidad mi vida sin el miedo de encontrármela en las calles de la ciudad.

Un sábado por la mañana, me encontraba en mi habitación, estaba acostada revisando algunos temas de negocios mientras veía la televisión. Tocaron la puerta y creí que era alguien de servicio.

-Pase!- grite sin poner atención.

Se abrió la puerta y entraron dos personitas aún en pijama que corrieron y se lanzaron directo a la cama. Tenía la computadora en las piernas, la quite de inmediato.

-Buenos días, creí que seguían dormidos- se acostaron junto a mi.

-Tenemos planes de adultos como tú, mamá- dijo Emerson.

-Por supuesto, olvidaba la hora de hacer el desayuno, ¿que quieren hacer hoy?-

-Nooooo!- dijeron al mismo tiempo.

-Tenemos planes con la abuela y con la tía Liv- avisó el niño que se cree adulto.

-Ah si? ¿A quien le pidieron permiso?-

-Mi tía Liv dijo que nos darías permiso-

-Tu tía Liv a veces siente que tiene mucho poder, hoy tienen que ir al dentista a las 4, por eso tienen que avisar-

-Por favooooor- se pusieron los dos enfrente de mi.

Las caras que ponían en esta situación eran muy adorables; cualquiera que los veía se convencería al instante y yo como buena madre necesitaba hacerla de emoción antes de terminarles dando el permiso.
Y justo me ayudo el timbre de la casa.

La señora que trabajaba en la casa fue a abrir, como no me pregunto o dijo nada supuse que las de los planes ya habían llegado.

Y si, entraron a la habitación.

-Buenos días mis niños!, ¿ya listos?-

-Llegó su tía favorita!!!!- se levantaron de la cama y fueron a abrazarlas.

-No no no, nada de listos, mamá, hemos hablado de esto, siempre puedes llevarlos contigo pero necesito que me avises para organizarme-

-Y lo estoy respetando, Liv me dijo que hablo contigo, te avisamos que los llevaríamos a su cita con el dentista, ¿cual es el problema?-

-Que Liv no me dijo nunca nada-

-Ya tenemos todo listo, vamos a ir a un parque de diversiones, tenemos entradas, será la última vez que pase esto, a las 6 estaremos de regreso, te lo aseguro-

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