Capítulo I [2]

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Ese día las clases fueron intensas y casi no hubo descansos. Cuando la jornada terminó, Hoseok caminó hasta el grupo de Taehyung.

Sentía por el chico un aprecio muy especial, como si lo conociera de toda la vida.

Subió corriendo las escaleras y al llegar al pasillo lo vio. Estaba solo, recargado frente a la puerta, esperando a alguien.

Lo miró, y sonrió con alegría.

—¡Hey! ¡Qué gusto verte! ¿Qué pasó con eso de ser pelirrojo? — se acercó Taehyung resplandeciente.

— Ya madure.

— ¿Tú? No creo.

— ¿Qué? ¿No te gusta? — hizo una mueca con su boca, parecida a un puchero.

—Te ves lindo — movió el cabello de su mayor — el negro se te ve mejor.

— Gracias Tae Tae, me alegra que te guste — su voz era dulce y feliz.

— Jimin me dijo que hablaste con el, pero se rehúsa a contarme nada, tal parece, que lo que sea que le hayas dicho le hizo cambiar la forma en la que te percibía.

—Oh, ¿de verdad?

—¡De verdad! Créeme lo conozco.

Percibió una sigilosa presencia a su lado izquierdo.

Jimin había llegado hasta ellos con gesto mecánico, como si hubiese sabido de antemano que Hoseok iba a estar con su amigo.

Casi de inmediato se les unió la joven delgada junto a la que Taehyung se sentó en el festival.

— Te presento a Im Nayeon.

— Mucho gusto, Nayeon — la saludó.

Comenzaron a caminar y los menores a discutir otros asuntos.

Bajaron las escaleras.

— ¿Ustedes compraron el libro que nos encargó el maestro?

—No, pero todavía tenemos tiempo.

—Lo se, pero no voy a arriesgarme a reprobar. Iré esta tarde a la librería.

— Qué bueno — dijo Taehyung —, me solucionas el problema; si te doy el dinero, ¿podrás comprar uno más para mí?

— ¡Tae! Tienes que acompañarme no quiero ir yo solo.

—Yo no puedo esta tarde. Tal vez Nayeon.

—No. A mí no me dejarían ir sola.

Jimin hablaba con mucha seriedad.

—Mis padres no están y necesito ir por el libro. Tampoco deseo subir a un autobús solo.

Se hizo el silencio.

Taehyung dio a Hoseok leve codazo.

— Yo — dijo al fin —, podría acompañarte, te puedo llevar en mi moto, también necesito comprar un libro y tenía planeado hacerlo esta semana.

A el chico rubio se le empezaba a notar un leve rubor.

—Este… tal vez no vaya, tal vez no esta tarde.

— Vamos, Jimin — dijo Taehyung dándole un golpecito —, anímate. Yo en tu lugar iría, te lo aseguro; siempre que fuera con este acompañante.

— Supongo que esta bien — contestó al fin — , es mejor que ir en autobús.

Taehyung irrumpió en aplausos y Nayeon lo imitó riendo.

Hoseok daba la impresión de no haber escuchado bien. ¿Aceptó?

— ¿En dónde quieres que pase por ti?

— Mi casa esta cerca de aquí ¿Te parece si me esperas en el parque? A las cinco.

— De acuerdo.

Se despidió moviendo la mano, y después miró a Taehyung.

(Eres increíble, ¡adorable!)

Comenzó a alejarse.

—¡A las cinco, no lo olvides! — gritó el castaño como si él fuera capaz de olvidar una cita como ésa.

—¡A las cinco, no	 lo olvides!	 — gritó el castaño como si él fuera capaz de olvidar una cita como ésa

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No había tenido una cita desde que terminó su relación con Yoongi.

Le aterraba la idea de haber olvidado como besar, coquetear, hablar. Ni siquiera sabía si ir a la librería con Jimin era considerado como un cita.

¿No se suponía que el era hijo de un rico diplomático?

¿Cómo es que había aceptado salir con él en motocicleta?

Se arreglo lo más rápido que pudo, tomó algunas cosas, entre ellas un casco extra para su princesa y salió de su casa.

Cuando llegó a el parque eran las 4:50.

Jimin no se encontraba por ningún lado, era demasiado temprano. Fue a echar un vistazo a los alrededores, estaba cerca de donde conoció a Taehyung.

5:00.

El no había llegado. Muy poca gente pasaba por la calle a esas horas. Los niños que jugaban en aquel parque ya habían regresado a sus casas.

5:15.

Miraba el casco y las ideas comenzaron a deprimirlo, ideas que venían una detrás de otra; recordó la forma en que el aceptó ir con él. Sus amigos lo presionaban, no podía negarse habiendo dicho antes que necesitaba ir. La mejor forma de librarse del compromiso fue ésa, decir que iría y no ir.

5:20.

Habían pasado ya varios autobuses.

Quería enviarle un mensaje, pero si la razón por la que había aceptado era por que se sentía presionado...

Lo esperaría solo cinco minutos más.

5:45.

Suspiró.

Tomó asiento en uno de los columpios del parque.

Y bien. ¿Qué otra cosa le quedaba por hacer?

Jimin era uno de los chicos más populares entre los estudiantes. El no iría a una cita con un tipo que no conoce ni interesa.

Sus ilusiones se arrastraban.

Recordaba cuando salía con Yoongi, era dulce y amistoso cuando solo eran ellos dos, pero su personalidad cambiaba cuando sus amigos estaban cerca.

También lo hacía esperar horas y jamas pedía disculpas.

Sin embargo, no se arrepentía de salir con él. Todos los momentos los volvía especiales.

Lo quería tanto...

¡Era una lástima!

Metió las manos en los bolsillos y cabizbajo se puso de pie.

Iba a de camino hacia su motocicleta cuando creyó escuchar su nombre a lo lejos. Se detuvo, sin girar la cabeza.

No tenía caso hacerse ilusiones.

Aguzó sus sentidos. Antes de reconocer aquel ruido como pasos en la acera, Hoseok ya sabía que alguien se acercaba a él.

.•.° AZUL•° .                 [HOPEMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora