" Cosas del corazón "

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POV JESSICA

Habían pasado tres días desde aquella beso ente Carla y Abel. Cada vez que lo pensaba más ganas de vomitar me daban y más dolor me causaba, pero no podía no hacerlo, la veía y la escuchaba a todas horas y mira que intente no coincidir con ella.

Lo peor de todo eso fue que sus palabras de "fue solo un reto" no paraban de resonar en mi cabeza. Claro que no era un reto, era su oportunidad perfecta de besarle, el reto solo era una excusa.

Volví a darme la vuelta en la cama en un intento estúpido de dormir me de nuevo, pero nada. Mire la hora, eran las nueve de la mañana. Como vi que iba a ser imposible volver a dormir me, cogí mi neopreno baje a por la tabla y me fui a surfear. No había nadie despierto, ni mis padres así que mejor para mí, no tendría que ver a nadie que no quisiera.

Durante estos días no fui la única dolida. Tristan, aunque no lo dijese, tampoco estaba bien, ver aquello también fue un palo bien gordo. Estos días fui a consolarle, lloró en mis brazos como lo hizo otras veces y se dormía despues y, aunque el no supiera nada de que yo también sufría por lo mismo que el, tenerle cerca también me ayudaba.

Nunca le dije nada de que estaba enamorada de Carla, cuando él lo hizo primero y vi ese brillo en sus ojos, me pareció egoísta hacerlo, además, cada año que pasaba y creciamos veía como mi oportunidad con Carla se esfubama. De ahí que Abel y yo nos lleva se mos tan mal a veces, tenía celos de lo que él podía tener y estaba dejando pasar.

Juro que lo acepte. Me mentalice de que esa oportunidad nunca iba a existir, pero cuando la besé y no se apartó, esa esperanza que dejé aparcada renacio y murió igual de rápido que apareció.

Era la quinta ola que cogía y ninguna de ellas parecía llevarse ese sentimiento de dolor que no se separaba de mí corazón. Cuando termino me hice a un lado, para que la otra chica que estaba conmigo pudiese cogerla. La chica estaba llegando al final de la ola, solo le quedaban unos centímetros, pero en un mal movimiento acabó perdiendo la estabilidad y se resbaló.

Al ver que no salía fui hacia ella. Gracias a la tobillera que tenía la tabla no la perdí de vista. Cuando la ola terminó y la visualice la ayude a salir a la superficie.

- ¿Estas bien?- tosio un poco y se agarró a mi tabla.

- Si...gracias- cogió aire.

- Sube, te ayudo- subió parte de su cuerpo a mi tabla y nade hasta la zona baja, la orilla.

Cuando estuvimos llevando ella bajo, agarró su tabla y salió despacio. La seguí hasta que clavo su tabla, se quitó la tobillera e hizo el truco para sacarse el agua. Era asqueroso de ver, pero muy efectivo.

- Ahora si, perdón por eso- rio.

- Nada, cosa de surfistas- reí.

- Soy Lara- extendió su mano.

- Jessica- la extreche.

- ¿La famosa Jessica Dalton?- sonrió.

- No diría famosa, pero si- la mire- ¿No eres de por aquí verdad?-

- ¿Por qué? ¿Me vas a decir que si lo fuera nunca olvidarlas una cara como la mía o algo así?- cogió su tabla.

- No, no soy tan obvia- ella rio.

- No soy de aquí, mis abuelos si, hemos venido a verles- comenzó a andar.

- ¿Quienes son?- quizá los conocía de la residencia.

- ¿No te conozco de nada y ya quieres saber quienes son mis abuelos? Invita me a una cita por lo menos- bromeó.

- Adivino- dije- Por tu sentido del humor y las frases para ligar, eres la nieta de los Rainer- ella me miró sorprendida- Lo sabía, tu abuelo es un zalamero- sonreí.

Verano con los DaltonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora