Capítulo 23🥑

14 3 0
                                    

Capítulo 23:

…Narra Victoria…

      En mi casa había un calor acogedor. Pusimos nuestros abrigos a un lado y quitamos nuestros zapatos en la puerta.

—¿Puedes darme unos minutos?—dije recogiendo todo lo que había dejado regado— .Quiero ponerme un pijama y acomodar mis zapatos. Si quieres puedes ir escogiendo una peli adecuada.

—¿A qué te refieres con adecuada?—preguntó pícaramente— . ¿Tu mamá no te deja ver películas eróticas?

—Me refería que no fueran de ciencia ficción o esas cosas que aman ver los hombres.

—Bueno, ¿Qué recomiendas tú? ¿Quieres ver un reality?— comentó.

—¿Un reality? ¿Estás seguro?

—Claro, yo no espero que se acabe una película de casi dos horas. Deseo ponerte las manos encima.

—Presiento que quieres recuperar conmigo el tiempo que pasaste sin tocar una mujer—bromeé y él confirmó con la cabeza— .Eso fue inesperado, aunque era de esperar. Ustedes no pueden tener una oportunidad que ya quieren gastarla por completo.

Entré a mi habitación, buscaba unas de mi camisetas favoritas. Cogí la de color rosado con uno de los ositos cariñositos y unas medias negras. Pablo miraba como un bobo Gumball, si él supiera que puedo pasar horas viendo solo esos muñes.

Me senté a su lado y apoyé mi cabeza en su hombro. Podía quedarme así por años, solo nosotros. En mi mierda de vida, los raticos con él era lo que más amaba del día. Si él finge, agradezco que lo haga, sé que no dolerá para él cuando llegue el día de mi partida.

Vi su mano acariciar la mía, el toque de sus dedos era suave y la palma de su mano era dura como piedra. Comencé a acariciar aquella dura superficie. Sentí algo de lastima porque él no me lo cuenta, pero sé que trabaja muy duro.

—¿Por qué tienes las manos así? Sé que es por trabajo. Pero nunca me has dicho en que— hablé curiosa, necesitaba saber el porqué.

—Las palmas de las manos fue por trabajos que hice en las vacaciones, me dañaron mucho y aún me recupero— dijo y me mostró los nudillos—. Esto no es por trabajo. Yo sufro de no poder controlar mí irá, aunque asisto a una consulta psicológica y he mejorado.  Todo desde la muerte de mi papá…—hizo una pausa que hasta yo la sentí amarga—. Todo cambió de una forma inesperada. Mi madre se enamoró de un hombre casado, él le pintó estrellas en un cielo de tormenta. Gracias a eso nació Max y algunos problemas. Te lo juro, ver a mi madre sufrir aumentó la irá en mí. Desde niño golpeo la pared, aunque odio golpear a las personas, nunca lo he hecho.

—Entiendo— suspiré. Me sentía presionada. Él tiene tanta ira como mi mamá, honestamente, ahora siento el temor de ser la primera persona que él golpeé.

—Tus golpes no fueron por una pelea. Noté tristeza en tus ojos cuando me explicaste. Yo fui honesto contigo, cuéntame tu historia.

—Fue mi madre. Ella me golpeó ese día, ni siquiera midió su fuerza y hasta el aire perdí. Aún conservo la sabana con sangre, no he querido lavarla.

—¿Por qué te golpeó? Siempre hay un motivo.

—Mi hermana y ella discutieron. Sospechaba de que yo le contaba a mi hermana lo mal que ella está y que por mi culpa Sofía no quería volver.

—Lamento que pases por eso, aunque ¿Por qué volviste?

—¿Podemos tocar otro tema?. Odio hablar de mi madre. Prefiero que me revientes en mi cama.

—Siempre es bueno saber de la vida del otro, no somos pareja y quisiera conocer la historia de la chica con la que me estoy acostando.

—No es nada del otro mundo, mi vida se resume en mi casa y la escuela. Y bueno, ahora tú también —suspiré y elevé mi camiseta mostrando mi sujetador— . ¿Aguacate o mis limones?— dije cambiando el ambiente.

No hay diferencias en el amor©️ [Completo]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora