Capítulo IX: En el interior

109 11 9
                                    

Oscuridad, lo único que los azules orbes del ninja podían ver era oscuridad, incluso el suelo el cual era firme provocaba pequeñas olas con cada uno de sus pasos, similares a los que hace una gota de agua al caer sobre un tranquilo charco. Buscaba alguna luz que le indicara donde estaba al mismo tiempo que buscaba recordar que es lo que había pasado, a veces mientras caminaba algunos fragmentos de lo vivido en las últimas semanas venían a su mente, la alegría de ser libre, la molestia al conocer a Kirishima, la emoción de ser un héroe, la amistad que Izuku y sus amigos le brindaron, el calor de los brazos de Kirishima y, por último, el temor de verlo lastimado por su culpa, el recordar ese temor, el verlo claramente hizo que las palabras se escaparan de su boca.

— ¡Kirishima! — Grito extendiendo su mano hacia la figura que estaba frente a él, en el mismo instante la oscuridad cambio a una habitación blanca de manera tan abrupta que ello le cegó, le costó unos segundos acostumbrarse a la iluminación del lugar, pero cuando finamente pudo ver con claridad frente a él una conocida figura le esperaba. — ¿Tu? — Cuestiono mirando a la deidad con quien había pactado su viaje Inter dimensional ahora que estaba frente a él recordaba todo lo que no había podido recordar o mejor dicho recordó quien le ayudo a salir de su mundo.

La deidad hizo un ademan con la mano, su ojo se cerró un poco, aun cuando su boca no pudiera verse daba la clara sensación de que en ese momento sonreía.

— Al fin llegaste Naruto — Comento la deidad mientras chasqueaba sus dedos para hacer aparecer una mesa, asientos e incluso tazas con té, al mismo tiempo ambos aparecían sentados, como si ello fuera una charla casual entre dos amigos. — ¿Quieres azúcar en tú te? — Pregunto de manera totalmente despreocupada.

La pregunta y actitud de la divinidad le provocaban desconcierto, le aturdían, pero por sobre todo le molestaban. — Yo eh...eh... ¡No me vengas con juegos! ¿Dónde estoy? — Pregunto de forma seria.

— Muerto — Respondió de manera directa y desinteresada dios mientras se concentraba en preparar su té.

La noticia al ser tan directa fue como un balde de agua fría, no estaba listo para morir, aun cuando sintiera que ello era lo mejor para todos no podía asimilar tan fácil y mucho menos de una forma tan abrupta el que estaba muerto.

— Bueno, técnicamente tu cuerpo está muerto, tu espíritu aún tiene unos cuantos días más — Agrego la deidad

— ¿A qué te refieres? — Cuestiono intentando comprender lo que le decía ¿acaso ello era una luz al final del túnel? ¿una cruel broma? El no poder comprender ello hacía que se molestara e incluso provocaba pensamientos que le invitaban a enfrentarse a la deidad.

Dejo la taza de lado, su gran y único ojo le observo fijamente, denotaba la seriedad, Naruto por su lado podía sentir que el ambiente se puso mucho más tenso tanto así que sí tuviera un kunai podría cortar dicha tensión.

— Cuando el idiota de mi esclavo...—

— ¿Ese supuesto doctor era un secuaz tuyo? ¡¿Por qué fue a por mí?! ¡Teníamos...! — Naruto interrumpió al dios, le quería bombardear en preguntas, pero aquella mirada tan intimidante hizo que rápidamente se paralizara y solo cerrara su boca.

— Como decía, mi esclavo debía simplemente provocarte, enfrentarte y luego dejar que el destino hiciera de las suyas, ver lo que pasaba...pero me fallo e intento traicionarme, al asesinarte desobedeció mi orden por lo que tuve que interferir — La deidad tomo una pausa, algo que daba a entender a Naruto que era el momento de hacerle preguntas.

— ¿Interferir? — Pregunto algo confundido.

— Si, lo mate, ya no existe — Respondió tranquilamente, sin inmutarse, para la divinidad aquello era algo sin mucha importancia. — pero como él interfirió yo tuve que hacer una corrección o mejor dicho darte un empujón —

Un Hilo Entre Dos MundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora