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Briar Kingman.

Despierto con un poco de dolor de cabeza, anoche dormí muy tarde y acabo de despertar muy temprano.

Al abrir mis ojos mi mente solo piensa en una cosa, Willy.

Me siento en mi cama y me sobo la frente con los dedos. Sin más me levanto y me preparo para salir.

Al salir de mi habitación me encuentro con la señorita Lottie, le doy una sonrisa que ella me devuelve.

─Buenos días, Briar. ─Me saluda, ella es una mujer joven y me cae muy bien, fue la primera con la que hablé cuando llegué.

─Buenos días, Lottie. ¿Como estás? No hemos tiempo de hablar estos últimos días. ─Le digo mientras ambas caminamos en dirección al lugar donde Noodle nos espera con el contenedor.

─Muy bien, la verdad. Estoy emocionada con todo esto. ─Me dice sonriendo.

─Cierto. ─Le respondo devolviéndole la sonrisa. ─Ya quiero salir de aquí.

─Yo igual.

Dejamos de hablar al momento de llegar, solo faltábamos nosotras y Willy, quien justo acaba de entrar, al verlo siento mi corazón dar un salto, trato de no darle importancia a eso y al darme cuenta de que él igual me mira, le doy una sonrisa mientras saludo a los demás.

Entramos todos al contenedor bien cubiertos para que nadie nos vea, vaya que es incómodo, todos estamos envueltos en una especie de sabana cada uno, y mientras Noodle nos lleva se sienten como los cuerpos de nosotros chocan los unos con los otros, que tortura. No pasó mucho cuando Noodle se detuvo y Willy comenzó a hablarnos nuevamente sobre el enano naranja de pelo verde.

─En serio, intenté negociar con él para que no se llevara mis chocolates, pero no quiso y me golpeó con un sartén. ─Nos dice. Sigo pensando que eso no tiene sentido, pero lo dice con tanta seguridad que me hace dudar.

Todos salimos del contenedor.

─¿No será que lo soñaste? ─Larry le pregunta.

Okay sí, puede que si lo soñó.

─Se los juro. ─Willy lo contradice, pero Noodle voltea y los interrumpe.

─¿Por qué no lo discutimos en otro lugar? Uno ideal para hacer chocolate. ─Ella saca de su abrigo unas llaves y las sacude.

El rostro de Willy se ilumina, se ve tan alegre y bello.

Pero no sabía que ya habían comprado el local, lo bueno es que la policía ya no podrá molestarnos, porque el negocio será legal. Con una sonrisa sigo a los demás que van en dirección a las galerías.

Cuando llegamos fuimos directo al local, Noodle le entregó las llaves a Willy y él lo abrió.

Entramos y vimos el lugar, está un poco, por no decir que mucho, sucio y desgastado. Pero no es nada que no se pueda solucionar.

─¿Qué te parece? ─El señor Ábaco le pregunta. ─Está medio destruido, pero lo podemos arreglar.

─Es perfecto. ─Willy le responde, todos sonreímos con su respuesta. Su rostro se ve muy feliz. Estoy demasiado alegre por él.

─Debemos limpiar un poco. ─Dice Pipa caminando por el lugar.

─Sí, además es bastante espacioso. ─Le responde Larry.

En eso, todos nos ponemos a limpiar lo que podamos, si somos constantes, no nos bastarían muchas semanas para abrir la tienda de chocolates.

Yo me puse en labor de recoger algunos escombros que están en el suelo, levanto uno que riega un poco de polvo, ocasionando un estornudo de mi parte.

─¿Estás bien? ─Escucho la voz de Willy atrás de mí.

─Oh, sí. No te preocupes. ─Suelto una risa nerviosa.

El me sonríe en respuesta.

─Okay. ¿Tú también planeaste esta sorpresa?

─Por supuesto que sí, pero no sabía que ya lo habían comprado. ─Le digo, él mira con atención.

─Es fantástico, son muy amables todos ustedes. ─Yo le doy una sonrisa.

─Sí. ─Suelto una risa leve, Willy no deja de mirarme y comienzo a sentirme nerviosa. ─Voy a terminar de limpiar.

No quiero cometer locuras así que mejor lo evado.

─Yo también debería ayudar a limpiar. ─Al momento de decir eso saca su abrigo y lo cuelga por ahí, las mangas de camisa blanca las recoge un poco por sus antebrazos, se acerca a mi y como puedo trago saliva. ─Déjame ayudarte con eso.

Toma los restos que tenía en mis manos y él los lleva a un bote de basura que está dentro.

Suelto un suspiro y me voy a otro lado. Por Dios, ¿que acaba de pasar?

¿Por qué haciendo cosas tan simples se ve tan guapo?

Pure Imagination, Willy WonkaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora