Briar Kingman.
La irritante voz de la señora Fregoso se hace presente en el lugar, nos llamaron a todos en, lo que se supone, sala principal de la lavandería.
─Para la maravillosa suerte de ustedes. ─Comienza a hablar con disgusto. ─El señor Wonka hizo un trato con De Rapiña, saldó la deuda... De todos.
Frunzo mi ceño al escuchar eso, no fui la única confundida.
¿Para eso fueron a buscarlo al local? Será que... ¿Se fue?
─¿Como dice?
─¿En serio?
─Sí, sí, en serio. ─Dijo de mala gana. ─Señor Ábaco. ─Sella un pequeño papel que simula una factura. ─Ya puede irse.
El señor Ábaco se inclina y con una sonrisa toma la factura para salir.
Así fue lo mismo con los demás, luego se fue Larry, no sin antes soltar uno de sus chistes tan malos que en algunas ocasiones podían dar risa.
─Tienes talento, Larry, nunca no te rindas. ─Lejía le alienta mientras le abre la puerta para que salga.
La siguiente fui yo.
─Estuviste aquí menos de lo que tenía planeado. ─Pega el sello con demasiada fuerza y me lo entrega.
Simplemente lo tomo y salgo del lugar.
Algo no me cuadra por completo... mis pensamientos se ven interrumpidos cuando una conocida voz me llama.
─¡Bri! ─Una sonrisa se escapa de mis labios al ver a Willy desde el otro lado del callejón.
Sin pensarlo me acerco a él y lo abrazo, sus brazos se afirman alrededor de mi torso y los míos alrededor de su cuello. Que bien me siento al estar así.
─Por un momento pensé que te habías ido. ─ Le digo aún sin soltarlo.
─Ya estoy aquí. ─Dice cerca de mi oído, separándose dejando sus manos en mi cintura. ─Tenemos que derrotar a De Rapiña, se cómo hacerlo.
Asiento ante la seguridad de sus palabras.
En poco tiempo ya estamos todos reunidos, a excepción de Noodle.
─Hugo De Rapiña le pagó a Fregoso para que tuviera por siempre a Noodle encerrada. ─Nos explica Willy mientras saca, de no sé dónde, una realmente alta escalera. ─Eso es porque, ellos tienen un lazo sanguíneo.
Todos reaccionan con sorpresa, aunque Larry lo exageró demás.
─¿Noodle? ¿Familia de ese escarabajo? ─Cuestiona confundida Pipa.
─Así es. Solo tenemos que sacar a Noodle de aquí y hallar alguna forma de llevar a prisión a esos chocolateros. ─Willy acomoda la escalera justo en una pequeña ventana que queda exactamente en el armario donde suelen encerrar a la pobre Noodle.
─Tenemos que conseguir el libro de las cuentas. ─El señor Ábaco dice.
─Cierto. ─Larry agrega.
─Usted dijo que se encontraba dentro de esa bóveda debajo de la catedral, ¿No? ─Le pregunto al señor Ábaco.
─Exacto, conseguimos el libro y podremos enviarlos a todos a la cárcel. ─El señor Ábaco responde.
Willy sonríe y sin esperar sube la escalera hasta llegar al punto más alto. Ahí puedo ver cómo le habla a Noodle, mientras desarma con un destornillador las tablas que están como pared.
─¡Te sacaremos de aquí! ─Willy termina de desarmar hasta que por fin los escombros caen. Baja con Noodle por la escalera y ya abajo comenzamos a caminar.
Willy se posiciona a mi lado y me ofrece su brazo con una sonrisa, yo la acepto mientras camino junto a él.
Willy Wonka podría ser la persona más encantadora que conozco.
─El plan es simple, Noodle. ─Willy le dice, ella escucha con atención. ─Conseguimos el libro de cuentas y hacemos que vayan a la cárcel.
─¿El libro de cuentas? ¿El mismo que está escondido debajo de la catedral custodiada por un sacerdote corrupto y quinientos monjes chocoholicos. ─La incredulidad en el rostro de Noodle es enorme.
─Sí, ese mismo. ─Willy comienza a caminar más rápido, pero sin soltarme. ─¡Así que andando!
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Pure Imagination, Willy Wonka
Fanfiction─Ven conmigo... Esas palabras se quedaron grabadas en mi mente, y con una gran sonrisa que él me contagió, asentí con emoción. Willy Wonka fanfiction grapejuicx 2023©