Pure Imagination, Willy Wonka

OO7

Willy Wonka.

Siento que mi corazón se me quiere salir del pecho.

Con cada sonrisa que ella me da siento una sensación extraña, y esta noche, me sentí demasiado bien.

No veo la hora de volver a verla, ya debe de estar dormida, yo aún no he podido pegar un ojo. No puedo dejar de pensar en Briar. Es tan dulce, que mis chocolates se quedan cortos.

Ella me mencionó sobre su pintura y que no la ha podido terminar, así que quedamos en que mañana, o sea en unas horas, nos juntaríamos para terminarla, cuando regresemos de vender chocolates.

Me siento muy nervioso.

Cierro mis ojos para intentar dormir, pero es en vano, en mi mente la imagen de Briar es lo primero que aparece.

Con un suspiro decidido me levando de mi cama, voy en dirección a la puerta para salir, pero me detengo antes de abrirla.

No, no, ¿Qué estoy haciendo?

De la misma forma regreso a mi cama y me acuesto otra vez, mejor espero a mañana.

Con paciencia cierro mis ojos e intento dormir, no pasa mucho cuando ya lo estoy.

De repente, escucho su voz, abro mis ojos y me siento al instante, miro a todas partes y me doy cuenta de que en realidad solo ha sido mi imaginación.

Me voy a volver loco.

Si es que ya no lo estoy.

Me vuelvo a acostar y cubro mi cabeza con la almohada, tomo una respiración profunda y espero ya poder dormir.

En la mañana, despierto con mucha confusión. He soñado con Briar. Con su mirada, su voz, su olor. No puedo recordar bien cómo era el sueño, pero estoy completamente seguro de que era con ella.

Paso mi mano por mi cabello y me levanto de la cama, me alisto para salir y cuando voy a abrir la puerta mi mano se detiene.

¿Y si me encuentro con ella afuera?

Suelto un suspiro e intento ignorar ese pensamiento. Igual la veré en cualquier momento.

Aclaro mi garganta y acomodo mi saco y sombrero.

¿Por qué hago esto?

Abro la puerta y asomo mi cabeza, miro a ambos lados esperando no ver la figura de Briar. No quiero verla tan temprano, bueno si quiero, pero no ahora, siento que desestabilizaría. No entiendo por qué.

Me incorporo y salgo cerrando la puerta.

Me dirijo afuera y me doy cuenta de que solo están Larry, Pipa y Noodle.

─Buenos días. ─Les saludo con entusiasmo, ellos le responden de la misma manera. ─¿Y los demás?

─Noodle los llevó primero, falta poco para terminar de acomodar el local, así que se adelantaron mientras te esperábamos. ─Me responde Pipa.

─¿Tan tarde he salido?

─Un poco. ─Me responde Noodle.

─Claro que no, quizá nosotros llegamos más temprano. ─Larry dice riéndose solo, para luego irse callando lentamente.

Frunzo mi ceño y salgo seguido de los demás.

Sin más espera entramos al contenedor para que Noodle nos saque. No pasa mucho tiempo para cuando se detiene y nosotros salimos. Es hora de vender chocolates.

Estamos en una plaza grande, intento buscar con la mirada a Briar, no tardo en encontrarla cuando la veo en un puesto de flores, se encuentra viendo unos tulipanes rosados, toca algunos y luego se va, despidiéndose de manera amable con el vendedor. Su cabello se mueve con el viento, dejando a la vista sus hombros descubiertos por su vestido que también es rosado.

¿Cómo se puede ver tan hermosa haciendo literalmente nada?

Salgo de mi trance cuando las personas comienzan a comprar chocolates, les sonrío a todos y continuo haciendo lo mío.

No tardamos mucho en vender, y cuando terminamos nos reunimos todos, se me hace raro el hecho de que los policías no hayan venido aún.

No le presto atención a eso y me fijo en Briar que viene caminando a nuestra dirección, todos las saludamos con las manos y algunos diciéndole hola y esas cosas.

Yo no me siento capaz de hablar.

Pero decidido me acerco a ella.

─Hola, mi querida Bri. ─Ella sonríe mostrando dos pequeños hoyuelos en sus mejillas, que hermosa vista tengo...

─Hola, Briar, ¡Vamos a ver el local! ─Noodle me interrumpe, hablándole a Briar con entusiasmo. Llevándosela por el brazo antes de que ella pueda saludarme, siendo seguidas por los demás.

Yo me quedo con en un lugar un momento hasta que por fin decido seguirlos.

Al llegar todos entramos y observamos, me siento muy feliz al ver lo poco que falta para terminar, en muy pocos días, por no decir que en menos de una semana, el local ya podría ser abierto.

Todos están un poco entretenidos viendo cómo está el local, así me que me acerco a Briar, que admiraba algunas flores de chocolate que rodean el gran tronco, nos encontramos del otro lado, así que esta vez nadie nos va a interrumpir.

Ella se sobresalta al notar mi presencia, lo que me hace sonreír un poco.

─Hola, Willy, disculpa no haberte saludado antes. ─Me dice con su preciosa sonrisa, bajo un poco la mirada y noto que lleva el brazalete, eso me hace sentir una extraña emoción.

─No te preocupes por eso. ─Le digo para tranquilizarla mientras meto mis manos en mis bolsillos. ─Hoy te ves muy linda.

Ella me mira con su misma sonrisa y juega con sus manos.

─Oh, gracias. ─Suelta una risita, entonces me doy cuenta de lo que acabo de decir.

─Digo, siempre te ves linda, no es que ayer u otro día no te veas así. ─¿Por qué no puedo pensar antes de hablar?

Que nervioso estoy.

─Está bien, Willy. Muchas gracias, tú no te quedas atrás. ─Ella ríe y puedo ver sus mejillas un poco más rosadas de lo normal, yo también siento las mías un poco calientes.

Ay, Dios.

No puedo, simplemente no puedo.