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Briar Kingman.

Logramos apagar el fuego antes de que se llevara todo el local, hasta el enorme árbol de chocolate se estaba derritiendo, costaría mucho, demasiado, solucionar este desastre.

Willy está sentado con una expresión de profunda tristeza en su rostro. Me siento realmente mal.

─Willy... Está bien, podemos arreglar esto. ─Noodle intenta animarlo.

Él niega lentamente.

─No lo sé... ─Dice en un hilo de voz.

─Quizá el señor Wonka quiera tener un tiempo a solas. ─El señor Ábaco dice llevándose a los demás a la salida.

Yo estaba a punto de salir detrás de los demás, pero Willy toma mi brazo deteniéndome. Me pongo frente a él inclinándome un poco ya que está sentado.

─Hey... ─Le digo de forma suave, pasando mi mano por su cabello, su sombrero lo tiene en sus manos. ─Noodle tiene razón, no es el final.

Willy me mira a los ojos, yo llevo mis dos manos y las pongo a cada lado de su cara, pequeñas lágrimas caían y lentamente las limpio. Me aprieta el corazón verlo de esa forma.

Sus brazos aprisionan mi cintura y me apegan a él, escondiendo su cabeza en mi vientre. Yo simplemente me dejo abrazar y rodeó su cuello con mis brazos, acariciando un poco su espalda con una mano y con la otra su cabello.

─Gracias. ─Me dice aún en la misma posición.

─¿Por qué? ─Le pregunto agachándome un poco para quedar frente a frente.

─Por estar conmigo. ─Le sonrió limpiando las pocas lágrimas que quedan en sus mejillas.

Willy me da una sonrisa pequeña y una de sus manos la deja en un lado de mi cara, su rostro está a centímetros del mío y comienzo a sentir un poco pesada mi respiración.

En un movimiento su agarre en mi cintura se aprieta y su cara está cada vez más cerca de la mía, con tan solo un pequeño movimiento del otro haría que nuestros labios se junten, solo un pequeño movimiento.

─¡Señor Wonka! ─Tres hombres entraron sin decir nada, interrumpiéndonos.

Rápidamente me alejo de Willy y él se pone de pie.

─Veo que estaba entretenido. ─Habla uno de los hombres, son...

─Deberías esperarme en la lavandería. ─Willy se acerca a mi oído para susurrarme. ─Por favor.

Asiento sin decir nada, dándole una última mirada salgo del lugar bajo la vista de aquellos tipos.

Mi corazón se quiere salir de mi pecho, y no sé si es por el momento con Willy o por haber visto a esas personas, por ellos mis padres no están con vida.

Intentando regular mi respiración me dirijo a la lavandería, un mal presentimiento inunda mi pecho y me empiezo a preocupar por Willy. Al no lograr controlarme, me detengo en una banca cerca de una fuente y lentamente me siento, llevo mi mano a mi pecho y calmo mi respiración.

1... 2... 3...

Suelto un suspiro y llevo mi mano a mi frente, estoy muy preocupado por lo que esté pasando con Willy y aquellos hombres, bajo un poco la mano y me fijo en el brazalete que me dio Willy la otra noche, aún lo traigo puesto.

Ya un poco más tranquila me dirijo a la lavandería, siento mis pasos pesados y solo quiero acostarme un momento, un largo momento.

Cuando llego me encuentro con la pequeña Noodle, caminamos por los pasillos.

─¿Qué pasó con Willy? ─Me cuestiona a mi lado.

─Se quedó hablando con De Rapiña y dos dos secuaces. ─Le respondo, su mirada inspiró preocupación.

─¿Estará bien? ─Me mira. ─¿Por qué te fuiste?

─Él lo pidió, no habría hecho mucho de igual forma. ─Suelto un suspiro al terminar de hablar.

─¡Ustedes! ─La señora Fregoso se interpone en nuestro camino. ─¿Dónde estaban? Limpien las habitaciones de los huéspedes.

─Sí, señora Fregoso.

Hago todo lo posible en mi interior para no poner mis ojos en blanco, ambas vamos a un pequeño cuarto de limpieza y sacamos algunas cosas para hacer lo indicado. Por lo visto no podré descansar.

Me dirijo a una de las pocas habitaciones decentes y me dispongo a desempolvar, justo en esta habitación fue por la que me estafaron.

En uno de los estantes me di cuenta de que hay algo pequeño, es un... ¿Chocolate?

¿Willy también se hospedó en esta habitación?

Con el ceño fruncido agarró el pequeño chocolate y lo miro, suelto una risa baja y tiro el chocolate a la basura, no pensaba comerme eso.

Inevitablemente vuelvo a pensar en Willy, me siento un poco ansiosa y con algo de miedo.

Aunque al final no sé por qué me preocupo tanto, planeo irme, sin un destino fijo por ahora, pero quizá así sea mejor... No, no lo creo.

Apretó mis labios en una línea y termino de limpiar. Dios, por favor, no permitas que nada malo suceda.

Pure Imagination, Willy WonkaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora