Capítulo 2: La hija de su padre

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Después de lo ocurrido esa noche Hope no pudo conciliar el sueño. Ahora estaba más segura que nunca que un viejo enemigo quería destruirla a ella y a su familia. Bajó las escaleras y alertó a Alaric. Lizzie y Josie se levantaron de la cama para ver qué estaba ocurriendo. El resto permaneció en sus habitaciones con tal de no causar pánico en la escuela. Ya habían tenido suficiente con todo el caos de ese día. Dos estudiantes habían perdido la vida y Hope estaba segura que las brujas no tardarían en volver a atacar. No importa a dónde fuera la muerte y la desgracia la seguían. Aunque todos trataran de disuadirla de lo contrario ella era la responsable de todo lo que estaba pasando. Las brujas iban a por ella porque la consideraban un error de la naturaleza. Cuántas veces había escuchado las palabras "No deberías de haber nacido" o "Traerás la muerte de todas las brujas" "Serás nuestra perdición". Le temían a su poder y a lo que ella era capaz de hacer. Tenía la certeza de que los hombres lobos y los vampiros se pondrían en su contra. La verdad era que Hope no había pedido nada de esto, ni tampoco pidió heredar todos los enemigos de su padre. Suponía que esa era la carga de ser la hija de Niklaus Mikaelson.

Hope y Alaric estaban en el portón de la escuela, mientras la ambulancia se llevaba a la chica.

Lizzie y Josie llevaban aún sus pijamas, incapaces de volver a dormir sabiendo que la escuela estaba en peligro.

"Papá, ¿qué les dijiste a los paramédicos?".

"Bueno, no podemos decirle exactamente la verdad. Así que uno de los vampiros de la escuela los obligó para que estuviesen convencidos de que solo fue un accidente. No queremos crear más pánico en la escuela. Perdimos a dos estudiantes hoy. No podemos perder a nadie más o los padres comenzarán a sacar a sus hijos de esta escuela y cerrará por siempre".

Hope tenía una mirada perdida hacia las afueras de la escuela. "Todo esto es mi culpa. Las brujas de Nueva Orleans me quieren a mí y no se detendrán hasta que obtengan lo que quieren. Esa chica estaba poseída por una de ellas. Fue a hurtadillas a mi cuarto para darme un mensaje y alertarme de que un gran poder estaba a punto de resurgir. Algo malvado. Justo ahora puedo sentir desde aquí la magia y no es nada bueno. Los ataques de hoy no serán los últimos. Ric, tengo que volver a Nueva Orleans. Mi tía Freya está muerta y a Rebekah la tienen de rehén. Necesito confirmar si las amenazas acerca de la destrucción de mi familia son ciertas. Por favor, Alaric, si sigo aquí más estudiantes perderán la vida y no puedo soportar eso. Son mi responsabilidad ahora".

"Aunque me cueste admitirlo, Hope, tienes toda la razón. Todo esto es sobre ti. Las brujas vinieron aquí a buscarte porque quieren consagrar tu poder y si no regresas creo que destruirán la escuela en el proceso. Tienes que salvar a tu familia, Hope".

Lizzie intervino en la conversación. "Lo siento, pero aquí nadie está hablando de la idea de que Hope tiene que sacrificarse en un altar de sangre solo para alimentar el poder ancestral del barrio francés y sin mencionar que la quieren muerta. Hope, no puedes ir sola".

"¿Y si las brujas le ponen una trampa y termina arrinconada?" Preguntó Josie.

"No estoy sola, Josie. No sé cómo explicarlo pero tengo la sensación de que Freya sigue conmigo, puedo sentirla. De alguna forma su poder perdura. Hasta que no sea seguro regresar no lo haré. Alaric está consciente de que me puedo cuidar sola".

Tras escuchar esto Alaric asintió, quedando convencido. "Por supuesto, puedes cuidarte sola. Pero ten cuidado,¿de acuerdo".

Lizzie siempre había odiado la forma en la que su propio padre se preocupaba más por Hope que por sus propios hijas.  Sabía que Hope había perdido a mucha gente pero Josie y ella también. Su madre había perdido la vida mientras ellas estaban en su vientre, lo cual parecía extraño porque las gemelas maravillas estaban con vida. Y Alaric no hablaba mucho de la situación. Cuando le preguntaban acerca del tema se ponía nervioso y divagaba, cambiando de tema, lo cual en muchas ocasiones a Lizzie le molestaba. Una vez cuando tenían alrededor de 12 años ella y Josie estaban jugando en el patio, lanzándose hechizos inofensivos que la tía Bonnie les había enseñado y tratando de aprender a controlar sus poderes de sifones. Esta escuela estaba llena de amuletos, tótems y otras baratijas, prácticamente la magia estaba en las paredes y está también el hecho de que está lleno de criaturas sobrenaturales. Todo ese poder algunas veces las superaba y lo absorbían incluso cuando no pensaban en ello. Lizzie siempre se cuestionó por qué eran brujas diferentes a las otras, por qué no tenían magia propia. No conocía a ninguna otra bruja aparte de su hermana que fuera un sifón. Algunas veces se enojaba tanto que quería explotar. Había tantas cosas de su pasado y de su historia que en realidad no conocía. Hasta donde sabía su propia madre no era como ellas y Caroline ni siquiera era su madre biológica. Se podría decir que fue el contenedor para que ellas nacieran ya que su anterior madre había fallecido. Lo único que Josie y ella sabían de su madre era que su nombre era Josette y que trabajaba en el Hospital de Whitmore.

El Legado de Hope Mikaelson: Las Crónicas De Los OriginalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora