Capítulo 9: ¿Es esta la paz que merezco?

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                             Hace dos años.

En las calles desoladas de Nueva Orleans Klaus y Elijah se clavaron la última estaca de roble blanco en lo profundo de sus corazones con tal de deshacerse del poder de El Vacío y encontrar un poco de paz después de la muerte tras todo el tormento a lo que los había llevado el vampirismo. Se fueron desvaneciendo poco a poco, sus cuerpos se disecaron y luego las cenizas se dispersaron en al aire, llevadas por el viento y mezclándose con los elementos. Todo quedó en un silencio absoluto. La luz del farol más cercano al banquillo parpadeó para finalmente apagarse, dejando a oscuras la esquina Jackson y nadie absolutamente nadie vio lo que pasó en ese momento. Después de cientos de años eludiendo la muerte Klaus y Elijah se habían desvanecido de este mundo con la esperanza de encontrar algún tipo de paz en el más allá. Todos los enemigos que se habían cruzado en su camino lo habían lamentado cuando se trataba de los Mikaelson y su inquebrantable promesa de que siempre se mantendrían unidos no importa qué, pero por alguna particular razón El Vacío había quebrado a su familia, dividiéndola y demostrando que nada dura por y para siempre, que todo tiene un final. Las estacas de roble blanco cayeron al suelo debajo del banquillo mientras el viento barría el polvo de el suelo. Esa noche fue una de las más difíciles para los Mikaelson. Freya y Keelin se quedaron junto al fuego preguntándose si Klaus encontraría la paz o si Elijah se vería con Hayley para cobrarle ese baile que tanto había esperado. De alguna forma, Freya esperaba que su tormento se hubiese terminado. Después de siglos de paranoia, traición y complots todo había acabado en un instante. Esa noche Kol decidió quedarse en el recinto para asegurarse de que Hope estuviese bien y por supuesto para cumplir con la promesa que le había hecho a Klaus de que cuidaría a su sobrina predilecta, su única sobrina de hecho, siempre y para siempre. Rebekah fue tras la vida humana que siempre buscó y la vivió al lado de Marcel. Decidió ver el mundo, viajar por todas partes hasta que llegara el momento en que le dieran la cura y pudiera tener hijos propios junto al amor de su vida. A pesar que durante todo el tiempo no pudo dejar de pensar en sus hermanos. Cómo lo habían sacrificado todo por salvar a Hope. Por cientos de años vivió bajo la influencia de Klaus y sí su hermano le había provocado un sufrimiento eterno pero a pesar de todo lo amaba y nunca violó la promesa que hicieron en su viejo hogar. Aún lo recordaba como si fuese hoy.

Klaus, Elijah y Rebekah estaban terminando de cavar la tumba de su madre Esther frente a su vieja casa. Desde el momento en que sus padres habían decidido transformarlos en estas criaturas los habían condenado a una eternidad de miseria y vivir para siempre aunque parecía una idea atractiva sonaba abrumador, casi insoportable. En su miedo por perder a sus hijos Esther lanzó un hechizo para volverlos inmortales, convirtiéndolos en los primeros de su especie, pero con las ventajas del vampirismo vinieron las maldiciones  desencadenando una serie de eventos que los llevaron hasta ese mismo día donde tuvieron que enterrar a su propia y traicionera madre, desconociendo que había sido su propio hermano bastardo el responsable de la muerte de Esther.

"Nuestra madre está muerta" Rebekah no pudo evitar llorar por su pérdida.

Klaus enterró la pala en la montaña de tierra. "Ella no merece nuestra pena. Es por ella que ahora somos estas criaturas condenadas a permanecer en las sombras para toda la eternidad y sin mencionar que Esther fue quien apaciguó mi lado lobo. Nos dio un castigo peor que la muerte. Ya no es nuestra madre".

"¿Qué se supone que hagamos ahora con nuestra madre muerta y nuestro padre empeñado en destruir a sus propios hijos? En su furia prometió acabar contigo, Niklaus".

Niklaus se mordió los labios intentando con todas sus fuerzas no derramar una lágrima.

Rebekah miró a Klaus a los ojos. "Que Mikael no sea tu padre no cambia nada. Sigues siendo nuestro hermano y te queremos".

El Legado de Hope Mikaelson: Las Crónicas De Los OriginalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora