• Manipulaciones •

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No fue muy bien los días siguientes, los que había planeado con vida loca, organizándome y encontrándome a mi misma…
Eso no fue lo que sucedió.
Fueron dos días en el hospital y la misma indicación de visita Psicológica, ya lo había hecho una vez y no, no lo intentaría de nuevo, ellos no logran entenderme.
    

    Flashback


La oficina se volvía tan pequeña y asfixiante con cada pregunta, invadiendo mucho más que mi espacio personal: invadían mi vida y recuerdos extorsionados, pero en fin, eran los únicos que conformaban mi pasado. La mujer al otro lado del escritorio que refería su nombre en una placa negra con letras doradas, había intentado ser simpática conmigo, además de comprensible y empática. Pero no necesitaba lástima, eso mismo me había apodado como “loca” y, aquí estaba, contándole detalles muy míos a una mujer que solo necesitaba dinero por prestar su oído e intentar que me creyera sus palabras de aliento.

—Entonces Lindsay, ¿puedes contarme qué te llevó a vivir de medicamentos para el sueño y desorientación mental?—. Su pregunta detallada me confundió pero le respondí a regañadientes.

—Es un poco indulgente, pero creo que eso estaba dentro de mi informe súper detallado—. Le molesto con mi comportamiento infantil. —Solo le diré que quiero estar bien en el presente, no que me obligue a ahogarme en lo que ya pasó.

—Eso intento evitar señorita Davis, que se ahogue en lo que ya no existe. Sus abuelos pudieron desvelar muchas cosas que desconocía  a través de aquella verdad que se negó a escuchar, pero fue apresurada e incluso, considero natural su reacción ante la naturaleza de su personalidad, Lindsay.

—¿Quiere martirizarme por eso Cinthia? Tenía 17 años, ahora tengo 23 y según la psicología que le defiende hace dos años soy una adulta capaz de pensar claramente—. Me indigna su comentario analítico hacia mi prematura situación.
Faltan muchas cosas por contarle, solo le he dicho lo básico.

—Quiero que me vea como una amiga, Lindsay. Necesito su apoyo para ayudarse a sí misma, sé que no está tranquila, pero lo que necesito que entienda es que usted hizo lo propio dentro de su forma de pensar actuar y de lo que le permitían sus libertades.

—Quisiera estar tan dispuesta a razonar mis decisiones del pasado pero quiero deshacerme de mis problemas de salud mucho antes de razonar con mis demonios internos—. En un impulso de los que solían darme de repente, tomé mi bolso y lo coloque en mi hombro, me puse de pie comenzando a abandonar la sala.

Fin del Flashback.

Era en vano intentarlo, quisiera volverlo a hacer pero sabía que si lo intentaba de nuevo, no tendría ningún motivo ni de decisión en quedarme.

A veces pienso que como no tengo dominio de mis decisiones necesito a alguien que me obligue a levantarme y continuar, o algo que sea un motivo de felicidad. Una vez se me recomendó tener una mascota emocional y quise intentarlo, pero tampoco tenía motivos para traer a un pequeño animal a vivir en mi miseria y dolor por pérdida. Pero el caso era que no tenía ni al perro, ni la persona.

Romance MillonarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora