Capítulo 4: ¿Qué les hace pensar que puedo ser la indicada para ayudarles?

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Eleonor:

Tengo una sensación de déjà vu al ver el paquete que Pablo me entregó hace unos minutos en mis manos. Era similar al que había recibido días atrás, así que estaba segura de que era algo más que una simple coincidencia.

Dejo el paquete en la cocina para revisarlo después de venir del trabajo, ya que, pese a que era temprano, debía entregar el libro que Casey me prestó hace casi una semana y no sabía si me iban a dar los tiempos.

Al agarrar el libro para meterlo en la mochila, una hoja suelta cae al piso antes de que pueda mirar lo que tiene.

Debo admitirlo, en un momento siento miedo de haber dañado el libro de la biblioteca, pero, al ver la hoja, me doy cuenta que no coincide con el libro. De hecho, parece que alguien la puso ahí para que yo la viera.

"Sociedad Conocidos Desconocidos"

Es lo único que dice el papel, el cual parece bastante antiguo.

Miro la hora en el reloj y al darme cuenta de que tengo unos minutos abro el paquete que Pablo me había entregado.

En su interior había un sobre con las iniciales escritas "UCD". Sin embargo, lo que más llamó mi atención, fue que dentro del sobre se encontraban cinco semillas de manzana. Una clara referencia al relato de "Las cinco semillas de naranja" de Arthur Conan Doyle.

La persona que envió el paquete debe conocerme muy bien, a tal punto de saber que soy fan de Sherlock Holmes y que entendería la referencia de inmediato. Pero, si esto aplica igual que la historia, debo saber que significa antes de que esto tenga el mismo final que el relato.

¿Qué era la sociedad de Conocidos Desconocidos? ¿Eran ellos los responsables de los paquetes misteriosos? Y lo más importante.

¿Por qué estaban interesados en mí?

Mi mente da vueltas y vueltas todo el camino a la biblioteca que ni siquiera me doy cuenta cuando llego a mi destino.

—Hola Casey

—¡Eleonor! Estaba muy preocupada por ti. —Dice y en sus ojos puedo ver que es cierto.

—Lo sé y siento mucho haberte preocupado, pero tuve días difíciles.

—Espero que lo que sea que estés pasando se resuelva pronto. —Responde compresiva— ¿Vienes a entregar el libro? —Pregunta y yo asiento mientras lo saco.

—Estuvo muy interesante. —Comento mientras ella escribe algo en su computador— Te quedo debiendo la dona y el café para el debate. —Bromeo y ella ríe

—No te preocupes por eso. —Contesta— Ya tendremos tiempo de debatir sobre el libro.

Decido no comentarle nada de la hoja hasta no saber de quién viene. No me gustaría involucrar a nadie más en esto.

Hablo con ella un rato más hasta que tengo que despedirme de ella para ir a arreglarme para el trabajo.

En todo esto tengo una sensación constante de que alguien me vigila y no me gusta.

****

—Serían cinco dólares en total —Le digo al chico detrás de la barra.

Hace hora y media que he llegado al trabajo y hasta ahora todo ha estado muy tranquilo.

Después de que el hombre me entrega el dinero, mi mirada se dirige a otra persona al fondo de la cafetería. No ha pedido nada desde que entró y eso me da mal rollo, más que todo porque cada vez que me volteo siento que me mira.

Sea quien sea, había estado vigilándome desde que llegué y eso no me gustaba.

Entro unos segundos a la bodega para sacar un poco de café que ya se había acabado y al salir, por poco, me da un infarto.

—Casi me matan de un susto —Les digo a los chicos que parecen más serios de lo normal.

—¿Has visto un fantasma, Elizabeth? —Inquiere Ethan divertido con el apodo que me ha puesto. Sin embargo, mi mirada instantáneamente se dirige a la mesa dónde se encuentra el hombre.

Todos miran hacia allí y luego a mí.

—Menos mal estamos nosotros para hacerte compañía. —Dice la pelirroja. Pero parece caer en cuenta de algo y luego mira a Ethan— ¿Le has dicho Elizabeth?

El susodicho asiente y simplemente se encoge de hombros.

—¿Desean algo? —Pregunto ante la mirada divertida de todos.

—No, no te preocupes, Eleonor —Responde Alia— ¿Sales muy tarde aquí?

—No, ¿Por qué? — Indago preocupada

—Necesitamos ayuda con algo. —Contesta Zack.

Me quedo mirándolos a todos hasta que finalmente digo.

—¿Qué les hace pensar que puedo ser la indicada para ayudarles?

—Que te incluye a ti. —Finaliza Ethan.

¿En qué me había metido? 

Un Conocido DesconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora