Un Conocido Desconocido

Capítulo 10: Mystic Valley

Mystic Valley es conocido por ser un bar de mala muerte. Sin embargo, en este lugar se encuentra la única persona capaz de ayudarme.

Entro al lugar evitando el cartel de cerrado y escuchando los fuertes latidos de mi corazón.

El olor a cigarrillo y alcohol impregnaba el aire, mientras que la música estridente chocaba contra mis oídos.

Sabía que este lugar era peligroso, pero no tenía otra opción.

El lugar no se encontraba vacío del todo, había personas que reconocí como trabajadores.

Todos me miraron, pero no dijeron nada.

De repente la música dejó de sonar y solo se escuchaban mis pasos y los murmullos de algunos.

Me acerqué con cautela a la barra, sabiendo que en la mitad de ese grupo de personas se hallaba la misma persona que conocía el secreto más oscuro de mi pasado.

La muerte de mi mejor amigo Luke.

Me detuve a una distancia prudente.

—Eleonor.

—Benjamin.

—¿Necesitas de mi ayuda otra vez? —Sonrió irónicamente.

—Sí. —Contesté— Sé que me intentaste ayudar con Luke, pero ahora es algo un poco más grave y creo que eres el indicado para ayudarme.

—Sorpréndeme.

Tomé un respiro antes de empezar a contar todo brevemente, incluido lo que me llegó del expediente de Luke.

A Benjamin podía decirle eso porque extrañamente confiaba en él.

Se levantó de la silla donde estaba y se acercó a mí.

—Te ayudaré. —Dijo agarrando un mechón de mi cabello— Sin embargo, mis servicios no son baratos y lo sabes Eleonor.

Asentí y me alejé un poco de él.

—Te pagaré el doble de la última vez. —Respondo determinada.

—Te enviaré una ubicación y deberás ir allí. Yo te diré la hora y el día—Me miró un momento y luego siguió hablando— Por seguridad, no contestes ningún mensaje y no te veas con ningún miembro.

Lo miré con extrañeza.

—¿Por qué todo el mundo me dice que haga eso? Acaso...

—Eleonor, no lo harás y quiero que me escuches. ¿Entiendes?

Sonreí falsamente.

—Cómo quieras.

—Bien, ahora vete que necesito abrir mi bar y estorbas.

Blanqueé mis ojos.

—No te preocupes, tampoco tenía muchas ganas de quedarme. —Miré a mi alrededor y luego lo miré a él, preparada para lanzar un comentario constructivo— Por cierto, el lugar... No le haría mal un poco de aseo. No conquistarás a nadie así. —Pude ver que sus ojos se crisparon con enojo, y sin dejarle decir algo más agregué—: Me voy para que puedas abrir tu apreciado bar.

Luego me di la vuelta y salí de allí.

Después de llegar a mi edificio y saludar a Pablo—Que al parecer tenía turno—Me sorprendió mucho ver a Ethan recostado en la puerta de mi departamento mirando su celular.

Levantó su cabeza en cuanto me escuchó.

—¿No que no eras usuario autorizado? —Indagué cruzándome de brazos.