Capítulo 9: Historias y confesiones.

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Me encontraba en la oficina de Adam, el hermano mayor de Abigail. El ambiente es característico de un detective privado. Toda la habitación tenía una atmósfera intrigante, con paredes de madera oscura y estanterías repletas de expedientes.

Adam tiene treinta, aunque aparenta ser bastante joven. Su cabello oscuro y desordenado le daba un aire enigmático, mientras que sus ojos reflejaban una mirada profunda y penetrante.

En una esquina de la habitación se encontraba una tabla de surf, en cada surco y rasguño de la misma parecía que las olas hubieran estado contando su propia historia. Paseé mi mirada por el escritorio, este estaba lleno de libros y expedientes, además de muchas fotos de Adam.

Me centré en una en específico.

Estaba Adam y una chica muy hermosa con el cabello castaño que caía en suaves ondas sobre sus hombros, además de tener sus ojos de un gris intenso, como la tormenta en medio del mar. Ambos estaban abrazados en una playa al atardecer. Dada la felicidad que reflejaban, sus sonrisas y la complicidad compartida en sus miradas, la mujer podría ser su novia.

Mi inspección se ve obligada a terminar cuando escucho que la puerta del lugar es abierta por, nada más y nada menos, que Adam.

-Hola, ¿Te hice esperar mucho? -Inquiere agitado- Eleonor, ¿Verdad? Abigail me dijo que vendrías. -Asentí, porque no sabía qué decir- Pues mucho gusto.

Me extendió su mano y yo la tomé.

-Soy Adam, aunque creo que ya me debes de conocer. ¿Te parece si me hablas un poco de lo qué está pasando con el número privado? -Propone.

Toma asiento delante mío y yo le empiezo a contar todo lo que ha pasado.

Desde el primer mensaje, hasta lo último que hablé con uno de los miembros. La única información que evité decir fue lo relacionado con el expediente de Luke.

No me sentía lista para que alguien ajeno a mí lo supiera.

-Lo qué me estás comentando es algo grave. -Habla mientras termina de escribir algo en una libreta- Creo que nunca había tratado con algo así.

-¿Qué pasará con los acertijos? -Pregunto en voz baja, aunque creo que me escucha- ¿Debemos resolverlos?

Él niega rápidamente.

-Es mejor que no te acerques mucho a ellos mientras sepamos lo que son. -Luego me mira como si leyera mis pensamientos y añade-: Eleonor, de verdad no quiero que te acerques, no busques contacto, no te reúnas con nadie. Tú vida está en peligro porque por alguna razón aparente te buscan a ti, así que prométeme que no harás nada.

La forma en que lo dice me produce escalofríos, sin embargo, me obligo a responderle.

-Lo prometo.

Asiente no muy convencido mientras se levanta de la silla y yo hago lo mismo.

-Me comunicaré contigo en unos días para decirte si descubrí algo. -Me da un corto abrazo y antes de salir escucho su voz nuevamente- Cuídate, Eleonor.

Asiento con una extraña sensación y salgo de su oficina.

Cuando, de repente, choco con alguien.

Al levantar la vista, me encuentro con la misma chica que había visto hace rato en la oficina de Adam.

-¡Ay, disculpa! No vi por dónde iba. ¿Te encuentras bien? -Pregunté apresuradamente, sintiéndome un poco avergonzada por mi torpeza.

-No te preocupes, también iba distraída. -Respondió con una sonrisa amigable- Soy Marie, por cierto. La novia de Adam.

Un Conocido DesconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora