Divina Provocación

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Quedé hechizado por su caminar perfecto y equilibrado. La sensualidad que emana es casi una danza divina, un espectáculo que pocos tienen el privilegio de presenciar. El movimiento no tan sutil de sus caderas desencadena un maremoto en mis sentidos. Me siento increíblemente vulnerable y mortal ante ella, al punto de cuestionar si lo que mis ojos ven es real o simplemente el delirio de mi excitación al observarla recorrer una vez más ese lugar.

En este punto, pensar en ella es placentero, dolorosamente excitante y ciertamente muy satisfactorio. Mucho más sabiendo que de alguna manera su mirada peligrosamente sugerente se cruza con la mía, haciendo hervir mi cuerpo de formas que no imaginé posible. Estoy seguro de que ha sido consciente de mi presencia durante mucho tiempo. Como una epifania muy esclarecedora, me ha impulsado a liberar mis instintos primarios. Estoy muy decidido, voy por ella. Ya no deseo simplemente observar.

Decidido en mi propósito, me embarqué en seguir sus pasos durante varios días con el objetivo de descubrir su lugar de residencia. Curiosamente, había logrado eludirme lo suficiente como para evitar que, por el momento, descubriera dónde vive. No obstante, dicha acción no me desmotivo. Por el contrario, esto me infundió aún más energía para perseverar en mi propósito. Además, parecía disfrutar de este juego del gato y el ratón. Otro dato intrigante, es que nunca desistió de expresar su sensualidad y provocación visual.

«Al fin, mi pequeña búsqueda ha dado los resultados esperados. Después de varias semanas de un seguimiento intenso, logré localizar su hogar. Aunque sospecho que la fuente de mis pensamientos pecaminosos tuvo gran influencia en este descubrimiento.» Comprender esto me impulsa a desear disfrutar de todo lo que ella pueda ofrecerme, y tengo la intención de hacerlo hasta el agotamiento. Tal vez esta sea una oportunidad que no vuelva a presentarse.

La noche ha llegado finalmente, proporcionándome la oportunidad de avanzar hacia mi tan anhelado propósito, al cual he seguido con fervor. El único obstáculo que impide mi regocijo ante el premio, es una simple puerta, la cual, de manera extraña, se encuentra entreabierta. Una vez más, percibo que esta diosa encarnada ha trazado un camino repleto de indicios, aguardando a que lo descifre. ¡Esto se torna cada vez más emocionante y excitante! Realmente, ella está completamente entregada a este juego.

Sin intenciones de dilatar más el tiempo, ingresé sigilosamente por la puerta principal con la firme intención de sorprenderla de una manera inesperada. El simple acto de imaginar lo que se avecina, despierta en mí una emoción intensa, llegando al punto en que un calor envuelve mi cuerpo de manera creciente. Mi respiración se cortó ante la perspectiva, más aún cuando los metros se vuelven centímetros, acortando la distancia hacia la inminente inmortalización de este deseo pecaminoso que carcome lo más profundo de mi ser. Anhelo esto con tanta intensidad que siento cómo consume velozmente mi cordura.

Contemplé con atención el extenso pasillo que se extendía ante mí, una vía hacia la culminación de mis deseos más profundos. Cada paso que daba aumentaba mi emoción, la anticipación llenaba mi ser de un gozo indescriptible. Saber que estaba a punto de alcanzar mi objetivo me inundaba de una dicha exquisita y un placer casi tangible. Cada paso hacia adelante parecía acelerar mi corazón, y la promesa de lo que me esperaba al final del pasillo hacía que mi espíritu se elevara con expectación.

Penetré sigilosamente en su santuario, como la neblina que abraza la aurora, entonando palabras delicadas que acariciaron su epidermis con la misma delicadeza que el roce de vientos gélidos. Esta acción cosechó una respuesta favorable; diminutos espasmos danzaron a la vida, concediéndome el privilegio de saborear el espectáculo que se desplegaba ante mis ojos. Su respiración se volvió un compás errático, fruto de mis caricias incipientes. Recorriendo con lentitud cada rincón de tu ser, explorando con mis dedos el estremecimiento que provocaba mi presencia, me sumergí en un éxtasis indescriptible.

¡Pasión Desbordada!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora