Absolutamente embriagante, hipnotizante y un tanto morboso. Así describiría mi pequeña obsesión. Pero ¿qué puedo hacer? Es inevitable mirarla, imposible no desearla. Tampoco tengo la intención de dejar de hacerlo. El simple hecho de poder contemplarla es motivo suficiente para mi eliminación. Mi ventana ha sido testigo fiel de esta necesidad, acompañándome en mis insanas aventuras.
Confieso desde lo más profundo de mi ser que no siento arrepentimiento alguno por espiarla, por convertirla en el centro de mis deseos. Solo pensar en lo que podría hacer si la tuviera a mi alcance anula cualquier sentimiento de culpa.
Tras tantos meses siendo su sombra a la distancia, tanto tiempo alimentando estas pasiones ocultas por una mujer que desconoce mi existencia, ha crecido en mí una devoción retorcida y un deseo extremo por poseerla sin poseerla. ¡Soy adicto a ella!
Quizás algún día cambie de táctica y decida tocar su puerta. Solo en ese momento tal vez le revela mis pasiones ocultas.
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¡Pasión Desbordada!
RomansaEl irresistible magnetismo de la atracción nos lleva inevitablemente hacia el contacto sexual. Tarde o temprano, nos rendimos ante este instinto primordial que desafía cualquier resistencia.
