Poco a poco nos vemos atraídos por ese deseo apremiante, de sentir nuestros cuerpos y dejarnos arropar por esta pasión tan incontrolable que nos empuja desde lo más profundo y primitivo de nuestro ser. No sabemos parar, tan solo somos dos seres rendidos a la merced de la lujuria.
Miradas penetrantes y enfocadas como espadas que atraviesan lo más vulnerable. Labios húmedos, cuerpos sudorosos por el inminente contacto que dará lugar a una aventura sin límites. No existe el tiempo cuando mis manos acarician tu piel. No hay lugar donde no querramos fusionar nuestra respiración aceleralada por estas ganas que se posesionan de nuestra indudable atracción, volviéndola pasión desbordada.
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¡Pasión Desbordada!
RomansaEl irresistible magnetismo de la atracción nos lleva inevitablemente hacia el contacto sexual. Tarde o temprano, nos rendimos ante este instinto primordial que desafía cualquier resistencia.