Quedé hipnotizado mirando tus cumbres y colinas. Recorrí toda tu pradera. Fui presa de tu caudaloso manantial. Me atrapaste como a una mosca al olfatear el aroma de tu jardín. Tu fruto carnoso y prohibido me volvió adicto a ti. Tan solo bastó una vez para estar a tus pies. Te convertiste en fuente inmensurable de placer. Conteniendo en ti, toda la esencia que eclipsaba hasta mi más vago deseo oculto.
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¡Pasión Desbordada!
RomansaEl irresistible magnetismo de la atracción nos lleva inevitablemente hacia el contacto sexual. Tarde o temprano, nos rendimos ante este instinto primordial que desafía cualquier resistencia.