Prácticamente éramos dos desconocidos. Lo que sabíamos acerca del otro era netamente laboral. Jamás tuvimos indicios de querer algo más que esa cordialidad que nos permitía el lugar. Ninguno imagino, vislumbró o dedujo que las cosas tomarían otro rumbo, uno que disfrutaríamos aunque fuese prohibido.
Frases coquetas, insinuaciones y deseos insospechados, se hacían evidentes tras cada palabra.
Mis fantasías te las hacia saber. combinadas con fetichismo y tú gustosa de escuchar hasta el punto de excitarte al máximo nivel... Susurros y caricias, nos dejamos de juegos pues era mejor entrar en acción.
Tu cuerpo me lo pedía, mis manos lo sabían, mi boca actuaba por si sola; tu estabas tan dispuesta que bastaba con tocarte y manipularte a mi antojo.
Tu dejaste claro que sería tuyo, que me harías sentir como como ave en libertad, que sería tu colonizador y tú mi conquistada... Vaya que disfrute verte en diversas posiciones, tú aprovechaste cada segundo para hacer lo que quisiste conmigo, en poco tiempo pasamos de la formalidad de un saludo a ser tan íntimos como cualquier pareja pero como todos los beneficios y sin los militantes de la formalidad de una típica relación.
Tú y yo somos producto de las increíbles y deliciosas casualidades de la vida, que nos empujaron a la lujuria, al pecado, a lo prohibido, a ser curiosos. No podíamos quedarnos quietos ante una oportunidad tan evidente y pasional.
Un desenlace inesperado para dos personas unidas solo por un mero compromiso, pasión desbordada.
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¡Pasión Desbordada!
Roman d'amourEl irresistible magnetismo de la atracción nos lleva inevitablemente hacia el contacto sexual. Tarde o temprano, nos rendimos ante este instinto primordial que desafía cualquier resistencia.
